Ni Benfica ni Boca Juniors pudieron salir vencedores de la batalla del Hard Rock Stadium de Miami. Portugueses y argentinos vivieron una auténtica guerra para lograr tres puntos tremendamente valiosos, que finalmente se esfumaron para ambos. Una lucha sin cuartel en la que la intensidad no se negoció y las emociones estuvieron a flor de piel a lo largo de todo el partido: ocasiones, trifulcas, goles y hasta tres expulsiones se vieron ayer en Florida. Un punto para cada equipo, que le debe saber mucho más dulce al cuadro lisboeta que al bonaerense, que estuvo por delante 84 minutos de encuentro hasta que Otamendi destrozó la ilusión xeneize y firmó el 2-2 definitivo.
Miami fue La Bombonera
El Benfica saltó al terreno de juego pensando que estaba jugando de visitante y que en vez de en Estados Unidos estaban en Argentina, más en concreto en La Bombonera de Buenos Aires. La afición bostera abarrotó las gradas del estadio y prácticamente ocuparon todas las localidades disponibles. De los 55.000 espectadores presentes ayer, más de 40.000 eran hinchas de Boca Juniors. Un desplazamiento masivo que hizo sentir a los jugadores como en casa y así se notó en el terreno de juego.
Con el aliento de los miles de seguidores teñidos de azul y amarillo, los del Russo se fueron afianzando en el césped y paulatinamente se fueron haciendo con el dominio del encuentro. El choque se estaba tornando en lo que los sudamericanos querían, un partido de pierna dura y poco fútbol combinativo. Y en el minuto 21 asestaron el primer zarpazo. Balón a la banda, Lautaro Blanco se va de Florentino Luís tirándole un caño, mete un envío raso al área y en el primer palo aparece Merentiel para definir por bajo. 1-0 y locura en las gradas.
Con el Benfica KO, Boca Juniors siguió apretando y logró premio. Apenas seis minutos después del primer gol, los argentinos duplicaron su ventaja. Córner botado por Zenon, prolonga Costa en el segundo palo y vuelve a meter el esférico en la zona de castigo y ahí no perdona Battaglia para cabecear el balón a la red y poner el 2-0 en el electrónico.
Boca tira por la borda la ventaja
Con el 2-0 antes del minuto 30, el partido parecía muy encaminado para Boca Juniors; sin embargo las malas decisiones y los detalles costaron muy caro a los argentinos. El Benfica sacó petróleo al filo del descanso en un córner sin aparente peligro. Velasco no acertó a despejar en el primer palo y en vez de chutar a la pelota, golpeó la pierna de un Otamendi que estuvo más vivo para anticiparse. Un penalti inocente, ratificado por el VAR. Ya cumplido el 45′, Di María se plantó en los once metros y lanzó la pena máxima a la perfección, con tranquilidad y engañando por completo a Marchesin.
El 2-1 no se movió del marcador hasta los compases finales del encuentro. Benfica, con un jugador menos tras la expulsión con roja directa de Belotti en el 72′, fue capaz de lograr el empate en una nueva jugada a balón parado. Otra vez con Otamendi como protagonista. El central, hincha de River Plate, fue el verdugo de los xeneizes rematando absolutamente solo en el área un gran centro de Kokcu. Un cabezazo inapelable que silenció todo el Hard Rock Stadium. Dos argentinos (Di María y Otamendi) le habían birlado la victoria a Boca. La balanza ya no se pudo desequilibrar en los últimos cinco minutos del choque y con otra expulsión entre medias, esta vez de un jugador de Boca Juniors (Figal), concluyó un partido de poder a poder. Benfica y Boca igualados y, en el horizonte de ambos, el ogro alemán.
 
			