El calor ha llegado más fuerte que nunca y tanto humanos como otros seres vivos lo estamos notando (y sufriendo), pero no somos los únicos, ya que nuestros dispositivos electrónicos también pueden correr peligro con las altas temperaturas. La verdad es que esto nos puede pasar bastante desapercibido, pero si no tenemos cuidado, nuestros teléfonos móviles, ordenadores, tablets e incluso nuestro router puede sufrir daños que acorten su vida útil o dejarlo directamente para llevarlo al punto limpio.
Y la razón por la que puede ocurrir esto es bastante simple, ya que los dispositivos electrónicos de por sí generan calor cuando están en funcionamiento, y si a eso le sumamos temperaturas exteriores elevadas, la combinación puede acabar en que nunca más se vuelva a encender. Picos de más de 40 °C, como los registrados en los últimos veranos en España, elevan el riesgo de sobrecalentamientos que pueden derivar en fallos graves o, directamente, en averías que no tienen marcha atrás. Así que, igual que cuidamos nuestra salud cuando el termómetro se dispara, conviene aplicar unos sencillos consejos para proteger la de nuestros aparatos.
Cómo puedes proteger tus dispositivos del calor
El primer paso para combatir el calor en tus dispositivos pasa por algo tan sencillo como alejarlos del sol, algo que nos puede parecer obvio, pero lo cierto es que muchas personas siguen dejando el móvil, el router o incluso el ordenador cerca de una ventana con la persiana subida. Este error puede suponer un aumento increible de temperatura interna, acelerando el envejecimiento de la batería y poniendo en riesgo componentes como el procesador o la placa base.
Además, en épocas de calor intenso, conviene moderar el uso de aplicaciones muy exigentes, tales como juegos, vídeos en alta resolución o redes sociales que consumen muchos recursos y que fuerzan a los procesadores a trabajar a tope, generando aún más calor. Si a ese esfuerzo extra le añadimos los 38 °C de la calle, el resultado puede ser un sobrecalentamiento en cuestión de minutos. Nuestro consejo es que aproveches para cerrar apps en segundo plano y activar el modo ahorro de energía si tu dispositivo lo permite.
Hay que tener en cuenta que el simple hecho de cargar un dispositivo también genera calor, sobre todo si este se encuentra dentro de una funda, por lo que siempre es recomendable que retires dicha funda y busques un lugar fresco dentro de tu casa para evitar que la batería alcance ciertas temperaturas. Además, evita usar dicho dispositivo mientras se carga ya que esto solo generaría aún más calor.
Más trucos para que el calor no acabe con tu tecnología
Los trucos anteriores son los más lógicos y fáciles de llevar a cabo, casi por pura intuición los hacemos cuando notamos que nuestro móvil u ordenador tiene una temperatura superior a la normal, aunque también podemos llevar a cabo otras medidas adicionales, como actualizar el software cada cierto tiempo. Y es que las actualizaciones suelen optimizar el rendimiento y reducir el consumo de recursos, lo que repercute en una menor generación de calor.
También es recomendable apagar el dispositivo cada cierto tiempo, de tal forma que le demos una especie de “descanso”, sobre todo cuando notemos que está más caliente de lo normal y no consigues enfriarlo. Aquí lo mejor que puedes hacer es apagarlo y dejarlo reposar un tiempo, algo que también podemos aplicar a nuestros routers cuando nos vayamos de vacaciones, de tal forma que si lo apagamos cuando no lo usamos, evitaremos que genere calor de forma innecesaria.
También conviene controlar el brillo de la pantalla, porque aunque no lo creas, tenerlo al máximo genera más consumo energético y, en consecuencia, más calor; por lo que te recomendamos que en estas fechas tan calurosas lo tengas a la mitad.
Si trabajas con portátil, una buena inversión es una base de refrigeración, que son básicamente accesorios que incluyen ventiladores que ayudan a disipar el calor, especialmente en la parte inferior, y resultan muy útiles si sueles teletrabajar o jugar durante horas en verano.
 
			