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Así juega Pablo Tomeo, nuevo jugador del Real Valladolid

Analizamos, desde un punto de vista técnico, cómo puede ser el encaje del defensor aragonés en el Pucela

por Miguel Ruiz
16 de julio de 2025
Tomeo Valladolid

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Una vez oficializada la llegada de Pablo Tomeo al Real Valladolid, es imprescindible conocer de primera mano las aptitudes y las características del futbolista. Un jugador que ha vivido un viaje apasionante a nivel táctico, logrando adaptarse al rol de defensa central desde su inicial rol como mediocentro de contención y que, en el Mirandés de Lisci, se ha asentado como un central de garantía y de buen pie. Desde su comienzo en el Andorra CF, Pablo Tomeo ha pasado por el Huesca y por el Mirandés antes de llegar en 2025 al equipo blanquivioleta.

Nacido un 23 de enero del 2000, Pablo Tomeo es un futbolista hecho y con experiencia en la categoría. Se trata de un defensa central de 1.86 metros de altura con un valor de 1.2 millones de euros (según Transfermarkt), que llega libre al Real Valladolid tras rescindir contrato con el que ha sido su equipo en las últimas dos campañas, el CD Mirandés. En Miranda de Ebro, Tomeo jugó 5.002 minutos divididos en 76 partidos entre LaLiga Hypermotion y la Copa del Rey. A lo largo dle último año ha anotado cuatro goles y ha promediado 1.5 duelos aéreos ganados y un 76% de éxito en el pase (por 90 minutos).

Rasgos fundamentales de Pablo Tomeo

Pablo Tomeo es un futbolista que ha sido capaz de construir su perfil de juego a partir del orden, la lectura de juego y una notable capacidad para adaptarse a contextos exigentes y distintos sin que su rendimiento se resienta en absoluto. Formado en inicio como mediocentro y reconvertido en su última etapa en el Mirandés, se ha asentado en las últimas temporadas como defensa central en línea de tres y su evolución le ha permitido combinar fundamentos defensivos con una comprensión táctica que va más allá del rol posicional.

Tomeo Valladolid

No es un jugador exuberante ni se puede permitir alardes con balón, pero sí es constante, fiable y con la capacidad para leer al rival y evitar ser superado. Sin ese brillo con el esférico, Tomeo es capaz de sostener una estructura de salida de balón, mostrándose sereno, tiene una buena orientación corporal y un pase raso preciso que le permite conectar con facilidad en ese primer escalón constructivo. No arriesga más de la cuenta, no se esconde, conduce con criterio, mide bien los tiempos y rara vez se precipita. En defensa, su mayor virtud es precisamente esa anticipación, interpretando bien las coberturas necesarias y evitando que el rival reciba con comodidad.

A nivel físico, su 1,86 de altura le permite imponerse con frecuencia en balones divididos y en acciones a balón parado, aunque aún puede mejorar su porcentaje de éxito en el juego aéreo y, sobre todo, hacer un uso más dominante de su físico. Es agresivo, pero sin perder el control, pues suele mantenerse concentrado durante todo el partido, algo que le ha convertido en un puntal fiable para sus entrenadores. Además, el historial de lesiones no podía ser mejor, pues habla de una regularidad y una preparación física adecuada muy necesaria para el Valladolid.

Encaje en el Valladolid de Almada

Sin saber aún qué tipo de sistema utilizará Guillermo Almada, pero inclinándonos por esa tendencia a un fútbol vertical, que exija mucho en presión alta pero también en capacidad reactiva, en repliegue y en asociación para evitar pérdidas, la llegada de un central como Pablo Tomeo da cierta seguridad a ese marco de central constructivo que podría hacerle un servicio enorme a la idea de juego del técnico blanquivioleta.

Tomeo Valladolid

Incluso sin esa finura que generalmente persigue a los centrales aptos para la salida de balón, ese pasado como centrocampista de contención le da dominio en el pase raso y capacidad para decidir mejor el destino del balón. Esos metros extra que le ha regalado el cambio de posición le ha facilitado un tiempo muy importante para poder hacer un mejor uso de la gestión del balón y de su propio posicionamiento, así como de la buena lectura táctica al rival para facilitarle los duelos y las intercepciones.

¿Por qué creo que lo han fichado?

Se trata de un futbolista que cumple Con cierto rigor dos máximas importantes. Una para el juego que a priori pretende Almada y otra para lo que suele necesitar cualquier equipo que quiera dominar en la categoría de plata en España. Por un lado, es un mediocentro reconvertido que se ha sentido más cómodo y más dominante en la posición de central desde que Alessio Lisci probara esa posición en la 2023/24 y se asentara en ella durante toda la 2024/25, lo que le da un juego de pies para la salida más que válido. Segundo, puede llegar a ser diferencial por alto en ambas áreas, lo que potencia las opciones del Real Valladolid a balón parado.

Esas dos realidades, unidas a la ya conocida necesidad imperiosa del Real Valladolid por incorporar defensas de todo pelaje, hacen de Pablo Tomeo una oportunidad y una necesidad, siendo un perfil nada habitual por haberse sentido cómodo en una posición nada sencilla con un rol exigente con balón y en un equipo que ha ido siempre a más en los dos últimos años. Un conocimiento de la categoría y unos mimbres para el sistema que no se podían despreciar en ningún caso.

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