El Real Valladolid y el AFC Ajax han confirmado este martes un movimiento que lleva meses cociéndose: la venta de Raúl Moro al club neerlandés. El extremo de Abrera ha sido oficializado como nuevo jugador ajacied después de un verano de espera y decisión, en el que su nuevo club siempre fue a la cabeza de la pugna que había por hacerse con sus servicios. No en vano, el pasado mes de enero estuvo a punto de marcharse allí, pero una lesión y la sensación existente dentro del club de que cualquier opción de salvación pasaba por su permanencia en el plantel hicieron que se quedase.
Aunque amparados en las habituales cláusulas de confidencialidad los clubes no han informado del montante de la operación, este supera los diez millones de euros; podría rondar los once millones más objetivos sencillos de cumplir, según informó Radio Marca Valladolid, si bien otros medios como el neerlandés Telegraaf cifran el traspaso en menos -nueve y medio fijos más bonus- y otras fuentes hablan de más -unos doce-. Sea como fuere, el Real Valladolid estaba condenado a una venta anhelada por el futbolista desde hace ya meses, como dejó claro varias veces.
Raúl Moro is finally here.
— AFC Ajax (@AFCAjax) July 15, 2025
Aunque en una entrevista previa al Europeo, concedida a Mundo Deportivo, Raúl Moro reconoció que la idea era quedarse en España si se daba la opción, no ocultaría que el Ajax le parecía “muy buena opción” y que habían “seguido hablando” después de que se frustrase su pase en el pasado mercado invernal. Más tarde, en otra en Diario AS, con dicha competición ya en marcha, explicó que le “traía porque es un equipo que lucha por títulos en su país y juega Champions”, además de porque “la Eredivisie es muy atractiva para la gente joven”.
Raúl Moro, del 11 al 7
Raúl Moro se reencontrará en el Ajax con Lucas Rosa, con quien jugará Champions League, y lo hará con el 7 a la espalda, dorsal con el que ha sido presentado. Su nuevo entrenador, Alex Kroes, ha hablado de las condiciones del nuevo fichaje en los medios oficiales del club, en los que reconoció que “es bien sabido” que Moro les ha “fascinado desde hace tiempo” y que, efectivamente, llevan “un tiempo en contacto con él”. Este hecho puede ser el que ha propiciado, en parte, que haya recalado allí, ya que contaba con un “considerable interés de otros clubes”.
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A pesar de estos intereses, de algún que otro equipo español, pero fundamentalmente de otros europeos, Moro ha “creído en el plan deportivo” que le han diseñado y ha apostado por llevar su fútbol eléctrico a una liga en la que, a priori, el perfil de atacante que es tiende a destacar. Así lo hizo con el 11 a la espalda ejerciendo como blanquivioleta en las dos campañas en las que defendió estos colores, en los cuales solo la lesión sufrida contra el Espanyol en la clavícula impidió que siguiera al alza, una tendencia que tuvo durante meses.
No en vano, no acusó el salto a Primera División, ni tampoco los sambenitos que le colgaron de que solo podía ser un jugador revulsivo, que incluso hicieron que la anterior dirección deportiva tuviera dudas sobre lo que podía dar en la máxima categoría después de ascender. Y es que si bien había participado en el ascenso con seis goles (dos suyos y cuatro asistiendo), su dinamismo y electricidad aparentaban otra cosa, la de ser ‘solo’ un recurso ante partidos cerrados. Nada más lejos: su campaña de debut en la máxima categoría la cerró con cuatro goles y cinco asistencias que le convirtieron en el mejor jugador del Real Valladolid que ahora abandona.

 
			