La suspensión del Trofeo Ciudad de Valladolid -en realidad, aplazamiento: el Real Valladolid pretende buscar una fecha FIFA entre semana para poder jugar contra el Getafe- dejó a Guillermo Almada sin poder testar contra un Primera División como es el Getafe algunas piezas nuevas. El entrenador no había mostrado hasta el momento todas sus cartas, pero todo parece indicar que iba a hacerlo contra el conjunto de José Bordalás, a tenor de lo que se vio en Los Anexos en el entrenamiento alternativo, a puerta abierta, que completó el equipo a cambio.

El técnico uruguayo dirigió una sesión ante un centenar de aficionados (algunos incluso del Getafe) consistente en un partido de entrenamiento de cincuenta minutos, y que presentaba cambios en el once presuntamente titular, puesto que la mayoría de los futbolistas de uno de los dos equipos lo han sido en todos y cada uno de los amistosos anteriores. Dos jugadores pendientes de debut y un tercero que disputó unos minutos en Bristol, Trilli, Pablo Tomeo y Guille Bueno, formaron con Guilherme Fernandes, Torres, Alani, Juric, Biuk, Amath, Marcos André y Latasa.

Enfrente, la principal novedad de Almada fue la inclusión de Jaouab, el último fichaje, en detrimento de Tamás Nikitscher, que estuvo al margen durante todo el juego junto a Javi Sánchez y los canteranos Alin, Galde y Iago Parente. El central marroquí jugó en el perfil zurdo, ese en el que dijo Orta que mejor se encuentra, durante veinticinco minutos, en los que dejó ver las hechuras del central que es: agresivo en la anticipación y en la marca, sólido saltando a la presión a campo rival, con buen pie y buen desplazamiento de balón en largo…

Fue posteriormente suplido por Garri, a quien ocasionalmente se le pudo de ver actual como central (aunque en una línea de tres) a lo largo de su cesión en el Celta Fortuna. Cuando no actuó ahí, y sí en su posición natural, el canterano asomó en último tercio incluso pegando un tiro al larguero y acompañando a Xavi Moreno, otra vez extremo a pie natural, donde Almada lo viene alineando desde su llegada, a pesar del rendimiento que dio en la derecha y como muestra de una de las necesidades que tiene el equipo: la de un zurdo que juegue en su lado.

Almada, entre el 1-4-2-3-1 y el 1-4-4-2
Desde que llegó, a Guillermo Almada se le ha visto fluctuar entre dos dibujos bastante semejantes en muchas actitudes, el 1-4-4-2 más habitual y el 1-4-2-3-1 alternativo. En el once de teóricos titulares, el técnico continúa en la búsqueda de sinergias entre Marcos André y Latasa, normalmente con el primero descolgándose a zonas más atrasadas para mediapuntear. A falta de Ponceau, quien desveló que Almada le dijo que le quiere jugando ahí, en ese carril del ’10’, Chuki sigue llamando a la puerta, como hizo esta vez con varias transiciones rápidas y peligrosas que lideró.

El vallisoletano es una de las alternativas más claras para poder competir por entrar el once a día de hoy, tal y como se ha visto a lo largo de toda la pretemporada. Otras cosas que parecen diáfanas hoy por hoy es que el doble pivote entre Juric y Alani va sobrado de intensidad, aunque quizás un pelín más justo de otras cosas que sí tiene Maroto. El nigeriano, no obstante, da tanto que actualmente parece inamovible. No lo son los extremos, que siguen en alternancia. Amath y Biuk jugaron un periodo en cada lado, como otras veces, y como, a estas alturas del curso, parece que podía suceder en el debut contra el Ceuta de la semana que viene.

El partidillo preparado por Guillermo Almada se resolvió por un solitario gol, de Marcos André, en una jugada en la que sí, él y Latasa se asociaron bien. En él, también participó durante unos minutos Hugo San, esos en los que Garri jugó como central, y como punta de lanza en el equipo de teóricos suplentes actuó JJ Macías, el delantero mexicano que continúa a prueba. No llegó este ni a disputar media parte -veinticinco minutos-, dado que sería sustituido por Arnu después de realizar varios disparos a puerta. No se le vio, pese a estos, demasiado enchufado…
