Seguro que más de una vez te has despertado y has descubierto que has dormido toda la noche con un brazo debajo de la almohada, y esta postura tiene una explicación por parte de los psicólogos, los cuales han confirmado que este hábito está muy relacionado con la postura fetal, que es esa que todos conocemos en la que nos ponemos de lado y encogemos nuestro cuerpo ligeramente doblando rodillas y abrazando nuestro espacio personal (o lo que tengamos al lado). Pero el meter el brazo debajo de la almohada no solo busca la comodidad cuando nos ponemos en esta postura, sino que también responde a algo más profundo, y es a un deseo inconsciente de protección y seguridad emocional.
Aparte, dormir de esta manera también puede reflejar ciertos rasgos de nuestra personalidad y estados emocionales específicos, algo que ciertos expertos han señalado, diciendo que quienes emplean este gesto suelen mostrar algo de timidez inicial y una necesidad de guardar parte de su intimidad antes de abrirse a los demás. Y es que dormir con el brazo debajo de la almohada también funciona como un apoyo simbólico y real, que le permite a las personas sentirse más seguras durante el tiempo de descanso y hacer más real esa sensación de bienestar que todos buscamos en el momento de dormir.
La postura fetal y la función de la almohada
Como ya hemos comentado al principio de este artículo, la postura fetal es básicamente dormir de lado con las piernas encogidas y la espalda ligeramente curvada, la cual si miramos de perfil se asemeja mucho a las que adoptan los fetos en los vientres maternos (de ahí su nombre). Cuando la hacemos, la almohada juega un papel clave, ya que al colocar el brazo debajo, se genera una alineación más cómoda de la cabeza, el cuello y los hombros, lo cual permite que la presión en la columna se distribuya de manera más equilibrada, aunque no elimina por completo la posibilidad de entumecimiento o dolores cervicales si se mantiene demasiado tiempo en esta posición.
Más allá de la anatomía, la almohada funciona como un elemento de seguridad emocional, algo que ya ha sido avalado por estudios recientes, en los que se sugiere que quienes duermen con el brazo bajo la almohada buscan un “escudo” simbólico que les ayuda a procesar el estrés diario y a relajarse de manera más profunda. La combinación de encogerse y abrazar parcialmente (o incluso totalmente) la almohada genera una sensación de control sobre el entorno inmediato, proporcionando un descanso mucho más reparador desde el punto de vista psicológico.
Lo que dice tu hábito de dormir con un brazo bajo la almohada
Seguro que muchos de nosotros, si nos preguntasen por qué dormimos con el brazo por debajo de la almohada, responderíamos que porque es una postura más cómoda para dormir, punto en el que vendría un psicólogo a señalar que se han identificado cierto tipo de rasgos vinculados a este gesto. Uno de ellos es que a esas personas le caracterizan la timidez y la reserva, es decir, que son cautelosas con desconocidos, pero cuando tienen confianza, se abren muy rápido.
También se encuentra una relación entre quienes hacen esto y aquellos que tienen un carácter más carismático y dominante marcado por un punto de nerviosismo interno, a lo que hay que añadirle que tienen la necesidad de sentirse protegidos y seguros, ya que dormir con el brazo debajo de la almohada transmite comodidad y descanso emocional.
Si bien es cierto que esta postura da sensación de seguridad a quienes la llevan a cabo, los expertos también señalan que, si se hace de continuo, puede tener una serie de efectos adversos en nuestro cuerpo, como por ejemplo molestias lumbares o cervicales, por lo que siempre es recomendable cambiar de vez en cuando la postura en la que dormimos y ajustar bien la almohada para evitar problemas futuros en la espalda.
 
			