El Real Valladolid Promesas venció en la primera jornada de la Segunda RFEF ante la UD Ourense de Borja Fernández gracias a un gol de Sergio Neira en el último suspiro del duelo, después de haber jugado cerca de veinte minutos con un jugador menos por la expulsión de Riki de Moraes. El equipo dirigido por Javi Baraja logró así un meritorio triunfo que sirve parar refrendar el trabajo realizado hasta ahora.
No es relevante solo por los tres puntos obtenidos, sino por todo el contexto que rodea a la confección de la plantilla y a la filosofía del club en cuanto a la cantera, que viene llevando a cabo una labor de formación importante que se quiere potenciar con los cambios institucionales realizados esta temporada.
El Real Valladolid Promesas es el equipo más joven del Grupo I de la Segunda RFEF
Si bien ya el año pasado el filial blanquivioleta era un equipo muy joven, los distintos movimientos que se han efectuado han provocado que este curso lo sea aún más. Tanto es así, que el Real Valladolid Promesas es el equipo con menor media de edad del Grupo I de la Segunda RFEF, con 19,7 años. Asimismo, en toda la Segunda RFEF solo le superan Barça Atlètic (18,8 años), Basconia (18,9 años) y Real Madrid C (19,4 años). Resumiendo, solo dos segundos filiales y un filial superan en juventud al conjunto de Los Anexos.
Dentro del grupo en el que compite el Promesas, por detrás hay otros tres filiales: Real Oviedo Vetusta (20,2 años), el recién ascendido Burgos B (20,3 años) y el Deportivo Fabril (20,4 años). En la victoria en el Estadio de O Couto solo dos futbolistas superaban los 21 años: Álvaro de Pablo y Alin. Además, esta juventud no se entiende sin la continuidad desde categorías inferiores, puesto que 11 de los 16 jugadores que tuvieron minutos pasaron previamente por la categoría juvenil del Real Valladolid.

Una filial muy local
Por otra parte, el Promesas no solo es joven, también es vallisoletano. Hasta seis futbolistas nacidos en Valladolid participaron en el debut liguero: Iago Parente – que ejerció como capitán, Flores, Arco, Galde, Hugo San y Rulo. Precisamente, este dato que se ha alargado incluso hasta el primer equipo, que también cuenta con presencia de jugadores cuya provincia natal es Pucela, da valor a la continuidad y a la identidad que se pretende crear, fiel a los orígenes y a la tierra, y sirve como ejemplo para los más pequeños, que ven cómo crecer en Los Anexos y quemar etapas es posible.
Javi Baraja, más que satisfecho con el debut
Estas dos características hacen que el Promesas sea un equipo que cuenta con un amplio margen de mejora y que en ocasiones pagará esa juventud e inexperiencia, pero cumple una función lógica en la entidad blanquivioleta. El trasvase de jugadores de la cantera al primer equipo ha de ser el principal fin de cualquier filial, más allá de centrarse en objetivos clasificatorios.
Así lo piensa el Real Valladolid y así han demostrado otros modelos, como es el caso del FC Barcelona, que de esta forma el primer equipo se puede nutrir de los chicos de la escuela en cuestión. Desde el principio esa es la idea de este conjunto, como viene siendo desde años atrás, y así lo hizo saber desde su llegada Javi Baraja, quien se mostró más que satisfecho no solo con el resultado final, sino, sobre todo, con la madurez que mostraron sus pupilos cuando tuvieron que jugar con uno menos.
“Me voy muy contento por los puntos pero sobre todo por la sensación de que los jugadores han sabido leer un partido muy complicado por cómo estaba el terreno de juego, por el rival y por cómo se puso el partido cuesta arriba”, expresó. Un modelo así, lógicamente acarrea muchas dificultades en la competición, pero eso forma parte de un aprendizaje necesario para estos jóvenes.
️ Javier Baraja: “Me voy muy contento por los chicos. No solo por los tres puntos, sino sobre todo por su manera de saber leer el partido y competir”https://t.co/GwpRhwsgsO#pucela #RVPromesas pic.twitter.com/OspOFfzfHd
— Cantera Real Valladolid (@RVcantera) September 7, 2025
 
			