En un hotel de Cambrils, en Tarragona, se vivió hace poco un episodio que dejó desconcertada a más de una persona cuando dos turistas intentaron librarse de pagar una cuenta que llegaba a los 4.171 euros de una manera que, de haber salido, habría costado algún que otro despido. Y es que no optaron por tarjetas robadas o dinero en efectivo falso, sino que mostraron un supuesto comprobante de una transferencia bancaria que se habría hecho de manera digital, intentando convencer con este “documento” al personal del dicho hotel que, en efecto, habían abonado ya la suma que se les pedía.
Este método, en un primer momento, puede parecer ingenioso y muy moderno, pero sirvió como un ejemplo para ambas parte: para el sector hotelero, a que deben estar siempre muy atentos y comprobar al detalle cualquier cosa de estas; mientras que para los turistas supuso casi un bofetón en la cara y una más que probable sanción por parte de las autoridades competentes.
Y es que, casi desde el primer momento, los empleados del hotel notaron detalles sospechosos en el documento, ya que aunque la apariencia del justificante era bastante convincente pues se había creado mediante herramientas de Inteligencia Artificial, la experiencia del personal permitió que rápidamente contactaran con la entidad bancaria para confirmar la transacción. La transferencia, claro está, nunca se había realizado, y los turistas se encontraron con que su estrategia no surtiría efecto.
Cómo la tecnología moderna puede ser aliada… o un riesgo para un hotel
Este caso, básicamente, nos muestra cómo la tecnología puede ser algo que nos facilite mucho la vida, pero que también puede emplearse para fines delictivos, para desgracia de todos nosotros. Y es que a la captura de pantalla de la supuesta transferencia no le faltaba detalle y era prácticamente idéntica a la de una transferencia real, desde la fecha hasta el importe de la misma que aparecía tal y como era, haciendo de esta forma que, a primera vista, pareciese auténtica.
A pesar de esto, los empleados del hotel estuvieron muy avispados, ya que habían sido entrenados y conocían los protocolos de verificación, por lo que llamaron al banco en cuestión para confirmar que, en efecto, todo era una trampa en la que podría haber caído alguien con ojos menos expertos que los suyos.
Este episodio solo nos muestra una vez más la importancia de que los hoteles mantengan procedimientos claros frente a pagos digitales y documentos electrónicos, siendo la prueba tangible de que la vigilancia humana sigue siendo insustituible, incluso en un mundo donde la IA permite crear falsificaciones cada vez más convincentes y que nos hacen preguntarnos cada vez más qué es real y qué no lo es.
Es por ello que uno de los puntos más importantes para que este hotel haya podido evitar un buen pufo fue la rápida actuación de la recepción, la cual fue clave para evitar una pérdida económica significativa y demostrar que la prudencia en la gestión de un hotel puede ser tan valiosa como cualquier sistema de seguridad.
Una vez se descubrió este intento de fraude, el personal del hotel alertó a los Mossos d’Esquadra que, rápidamente, se presentaron en el establecimiento donde todo había ocurrido y confirmaron que los turistas, a pesar del “documento” que portaban, no habían realizado ningún pago real y, por tanto, esa cuenta de hotel de más de 4.000 euros, no se había abonado. A pesar de las evidencias y de que incluso fueron las fuerzas de seguridad, estos turistas intentaron reforzar este engaño con nuevos documentos falsificados, lo cual terminó en su arresto por estafa y falsedad documental.
 
			