En una sociedad cada vez más dominada por las prisas y la inmediatez, cada persona encuentra su paz en un rincón inesperado de su vida, ya sea con los pequeños detalles de su día a día o con actividades que refuercen esa calma. En los últimos años, de hecho, han proliferado vías para generar ese remanso de paz como el yoga o la meditación, pero, lo que realmente parece ser la vanguardia de la relajación viene de Corea del Sur. Una mirada a estas tradiciones milenarias venidas de Asia pone en el foco lo último en cuanto a estas tendencias: el innae y el cheong-jeong.
Mientras el innae se traduce como paciencia, su significado va mucho más allá que esa simple espera por algo que puede llegar… o no. Según los coreanos, esta actitud se trata de una espera paciente, activa y consciente, que hace gala de una resistencia que no se conforma con aguantar, sino que invita a sopesar y enfrentar las dificultades con conciencia y dignidad.
En el caso del cheong-jeong se hace referencia a una claridad mental que permita al individuo ordenar los pensamientos y alejarnos del mundanal ruido. En ambos casos, se trata de conceptos que ven la felicidad como un estado que se cultiva desde la paciencia y que no es urgente, por lo que hay que cuidarlo día a día para llegar a ese estado mental de tranquilidad y paz con nosotros y con nuestro entorno.
El ‘Innae’ o la paciencia que te sostiene frente a las prisas
Esta corriente de paciencia consciente nos pretende enseñar un camino distinto al que solemos encontrarnos en esta sociedad de prisa, de urgencia y del todo ha de ser ahora. Mientras que la vida, con sus altibajos, nos muestra que todo puede cambiar y que esperar puede ser cauto, la velocidad de la sociedad contrasta con esta tendencia surgida en Corea del Sur y en la que cada proceso puede tener sus tiempos, su valor propio y que todo va más allá de los resultados inmediatos. Y no, antes de que lo preguntes, practicar el innae nada tiene que ver con resignarse, pues es más bien ser consciente de tus límites.
Practicar el innae es aceptar que el crecimiento, ya sea personal, laboral o social, requieren de un tiempo que muchas veces no depende exclusivamente de nosotros, por lo que respetar y entender esos tiempos nos llevará a una nueva calma que nos facilitará vivir en mayor consonancia con la vida y sus distintas etapas. Ese aprendizaje, en el que la dificultad y el tiempo que lleva todo forma parte de una experiencia completa, es, en sí mismo, un poderoso triunfo.
El ‘Cheong-jeong’ o la claridad que te puede liberar
En cuanto al cheong-jeong, complementa perfectamente las enseñanzas del innae, por lo que es importante que puedan ir juntas. En este caso, nos capacita para tener la mente despejada y lejos de ese caos que nos agobia, nos presiona y nos inquieta. Vivir de acuerdo a las virtudes del innae facilita, por tanto, los efectos de un cheong-jeong que nos impulsa a hacernos fuertes para tratar de cultivar el poder de la serenidad, la capacidad de buscar un espacio limpio, alejado del ruido y en el que podamos estar en contacto con nosotros mismos para tomar decisiones más conscientes.
Practicar, por tanto, el cheong-jeong es aprender a distinguir lo importante y lo accesorio, prestando, de este modo, nuestra máxima atención a aquellas cosas que de verdad merecen nuestra mirada y nuestra preocupación y asentando esa paciencia consciente que nos puede ayudar en el día a día. A pesar de todo, esto no es sencillo y se entrena continuamente, a través e hábitos como la meditación o la respiración y las pausas conscientes. Un espacio de salud en medio del caos de una sociedad a toda prisa.
 
			