La manera de coger un taxi tiene pinta de que va a cambiar radicalmente en pocos años. Aunque de manera sibilina y sin dar una voz más alta que otra, dos compañías gigantes se están batiendo el cobre para conquistar un territorio clave en el transporte autónomo de viajeros sin conductor. Las dos contendientes, Tesla y Uber, ya tienen en mente un negocio que puede revolucionar el transporte público y que va quemando etapas cada año. Una revolución que, en el caso de la enorme compañía de transportes, Uber, ya tiene una primera fecha de funcionamiento.
Como lo lees, puesto que 2026 puede ser un año clave para la compañía para probar in situ sus primeros taxis autónomos en el viejo continente. Y es que Londres y Múnich serán la rampa de salida de los taxis nivel 4 de Uber, capaces de moverse sin conductor en condiciones urbanas reales. Una realidad que marcaría un antes y un después para la compañía, que pegaría un acelerón considerable antes que su máximo competidor y que podría poner patas arriba toda la industria de los transportes.
La movilidad del futuro ya está aquí
Este paso lo pone, sin duda, un paso por delante de Tesla en esa carrera por hacerse con el control de ese transporte no tripulado de pasajeros en las grandes ciudades, con este primer gran paso en dos grandes ciudades de Inglaterra y Alemania. Dos lugares que no han sido elegidos al azar, puesto que la densidad de tráfico y peatones constituye un entorno lo suficientemente exigente como para poner a prueba los algoritmos de pilotaje de los vehículos en conducción autónoma y, además, tanto Reino Unido como Alemania ya tienen ciertos avances regulatorios en materia de vehículos sin conductor, lo que ofrece un marco legal óptimo para estos nuevos pasos.
Se trata, no obstante, de un movimiento común desde una red de alianzas estratégicas, pues Uber no actúa sola. Aunque pueda parecer que empezaban de cero, lo cierto es que han integrado en su negocio socios especializados en la materia, como Lucid, fabricante de vehículos eléctricos de alta gama como el SUV Gravity; Nuro, un referente en la producción de software de conducción; y Momenta, una de las startups chinas de mayor incidencia en IA para la movilidad. Con estas herramientas, estos socios, la seguridad jurídica de la zona y en ese escenario exigente para medir las opciones de hacer esta incursión a gran escala, Uber encuentra un camino para adelantar por la derecha a su gran competidor, Tesla.
Golpe de Uber a Tesla
Aunque el gigante tecnológico de Elon Musk sigue su camino, con aplicación de robotaxis presentes en muchas ciudades de los Estados Unidos y de Europa, el despliegue masivo sigue supeditado a una regulación legal que, de momento, no permite esa expansión y que, de momento, tiene muy bloqueado en torno a la mejora sustancial del sistema Full Self-Driving de Tesla. Aprovechando la experiencia logística de Uber y su base de usuarios, el mercado europeo parece más cerca de ceder hacia Uber que hacia las novedades implementadas por Musk y Tesla.
El gran reto, ahora, es dotar de fiabilidad y seguridad a estos nuevos actores en las ciudades, en un momento estratégico en el que estas están evolucionando con claridad hacia entornos más limpios y verdes, con zonas peatonalizadas y con la inquietud por ir acogiendo revoluciones radicales dentro de las grandes urbes. En ese marco, los desafíos son enormes. Aunque el progreso suele acogerse bien, la aceptación social de estos vehículos autónomos aún no tiene la confianza suficiente para volar con altura y, sobre todo, deberán demostrar mucho para que los usuarios confíen en masa en Uber o Tesla para sus desplazamientos en taxi.
 
			