Seguro que a muchos les cuesta eso de poner lavadoras. No es plato de gusto para nadie y lo cierto es que es una de las tareas más engorrosas. Además, es uno de los electrodomésticos más difíciles de entender y aprovechar al máximo, por los numerosos programas que suelen tener. Una realidad que hace que no sepamos exactamente qué programa es el mejor para lavar una u otra prenda o, incluso, con cuál ahorramos más.
Lo bueno es que, si te quedas leyendo por aquí, esa última duda te la vamos a resolver por aquí, para quitarte una de las preocupaciones que te pueden agobiar delante de tu lavadora. Hay que recordar que no se trata solo de dejar la ropa limpia, sino también de emplear la inteligencia para facilitar que, a los mandos de tu lavadora, puedas ahorrar y dejar todo como los chorros del oro.
Un botón olvidado de la lavadora, pero clave para ahorrar
Quizá la gente cree que el mayor gasto de la lavadora nace del motor y del centrifugado, pero lo cierto es que no se puede estar más errado. En contra de ese pensamiento extendido, lo cierto es que es la resistencia encargada de calentar el agua la que logra gastar más energía por lavado. Se estima que este elemento de tu lavadora es el encargado de gastar en torno al 90% de la energía de cada ciclo de lavado. Casi nada.
Algo que nos lleva a pensar que, con un simple cambio de hábito, podría hacernos ahorrar mucho dinero en agua y en electricidad. Ajustar la temperatura, por tanto, sería clave para este detalle que nos pueda aliviar en algo el bolsillo, hasta en un 30%, lo cual ya puede considerarse un ahorro llamativo. Y todo gracias a un botón olvidado que nos haría poder gestionar mejor la temperatura, regulando nuestros lavados en programas de 20º o 30º o incluso en frío, facilitando que esa resistencia trabaje mucho menos.
Esa función, al alcance de cualquier lavadora pero olvidada por casi todos a lo largo de años y años de uso y de lavados, nos puede acercar a un uso más eficiente del electrodoméstico. Algo que, además, iría en contra de esa creencia heredada y errónea de que solo el agua caliente es capaz de dejar la ropa bien limpia. Craso error.
Mito, realidad y beneficios de lavar en frío
Sí, tiene algo de mito eso de que el agua fría no acaba por lavar bien la ropa. Ya que muchos de los detergentes actuales tienen enzimas formuladas para activarse incluso en bajas temperaturas, ese calor a la hora de lavar nuestra ropa puede llegar a pasar a un segundo plano. Y sí, si se cumple esa realidad, la ropa sale igual de limpia en un programa a 30º que en uno de 60º, algo que es real para casi cualquier prenda.
Un cambio que podría ser clave para la factura de la luz y en casi cualquier modelo de lavadora, algo que merecería mucho la pena comprobar para acercar esa realidad al ahorro de nuestras casas. Jerséis, vaqueros o prendas delicadas podrían agradecer, además, ese cambio de hábito y hacer que nuestra ropa dure más, al ser menos agredida por el efecto de esas temperaturas más altas.
Pero ojo, que no en todos los casos este secreto es al cien por cien eficiente, ya que hay prendas que podrías resentirse de una temperatura baja del lavado. La ropa de cama, las prendas de bebés o las toallas se recomienda seguir lavándolas en programas a 60º de temperatura, para facilitar la desinfección de las mismas y disfrutar de un tacto bien limpio y seguro.
