Hay quien las penas las ahoga en alcohol, pero el Real Valladolid prefiere hacerlo en un derbi. Después de perder dos partidos consecutivos, el conjunto de Guillermo Almada repite duelo regional en casa, ante un CD Mirandés que cayó en la última jornada también, en su penar en Mendizorroza mientras se hacen las obras en Anduva, si bien jugando a domicilio se suele mostrar como peligroso. Es lo que tienen los equipos jóvenes como el jabato, que se tornan en cualquier momento en amenaza… igual que en cualquiera puedes amenazarlos.
Bien lo saben el Albacete, a quien goleó, o el Deportivo de La Coruña, que le endosó un serio correctivo, si bien los mirandesistas, en estas fechas iniciales, han aguado como visitantes al Granada y al propio Albacete, a los que les ganaron, y rascaron un empate en Andorra. Así, solo han perdido en Cádiz, en la jornada inaugural y con el equipo a medio construir, como suele arrancar mitad por las cosas de LaLiga y mitad porque suele esperar a acabar de confeccionar el plantel con esos futbolistas que tienden a llegar cedidos de terceros equipos.
No en vano, el CD Mirandés cuenta con nada menos que diecisiete cedidos, una pasada, aunque no tiene que sorprender a nadie, pues es su política desde que retornó antes de la pandemia a LaLiga Hypermotion. Allí donde antes estuvieron Nicolas Jackson, Dani Vivian, ‘Roro’ Riquelme y un largo etcétera, buscan crecer hoy otros como Iker Córdoba, Rafel Bauzà, Thiago Helguera, Gonzalo Petit y un puñado de futbolistas más en edad de competir en filiales. Y es que lo de la juventud mirandesista no es un hablar: seis de sus jugadores están en edad sub-20 y podrían haber estado en el Mundial, y otros tres más son sub-21.
Con Fran Justo a la cabeza, la enésima reconstrucción rojilla pasa por juntar a estos talentos con varias piezas en propiedad o que conocen la categoría, cuando no ambas. Así llegaron el portero montenegrino Nikic, que será de nuevo internacional con su país la próxima ventana FIFA, Martín Pascual o Fer Medrano, y en esas condiciones están Sergio Postigo y Juan Gutiérrez, únicos supervivientes del mágico año pasado. Forman parte, junto a otros como Marino Illescas, de esa adaptación a las futuras restricciones con las cesiones del club mirandesista.
El anhelo de mejora del Real Valladolid
Contra estos mimbres, el Real Valladolid está obligado a mejorar, y quiere hacerlo, después de perder sus dos últimos encuentros, derrotas que tuvieron un patrón parecido en cuanto a falta de ciertas variantes. Y es que, aunque en el choque contra la Cultural Leonesa el acierto fue lo que más se echó de menos -en ambas áreas-, por más volumen de tenencia que tuvieran los blanquivioletas no hay que ocultar que adolecieron de algunas herramientas diferentes para atacar mejor el bloque bajo de los culturalistas. Vamos, que pudieron estar mejor con balón.
Así le había pasado al Pucela también contra el Albacete Balompié, frente a quien, como en el derbi, emuló al asno de la fábula de Fedro: ante el hallazgo de la lira -en este caso, del balón-, fue incapaz de hacer sonar más de dos notas afinadas, una circunstancia que viene trabajando Guillermo Almada, quien, después de confesar en Zorrilla el domingo pasado que el equipo le había gustado, matizó sus palabras en su última rueda de prensa al reconocer que, efectivamente, en los últimos veinte metros podía haber hecho otra cosa. Y en ello están; así lo querrán hacer para brindar a Zorrilla una victoria que despeje algún que otro fantasma que sobrevuela.
En esta búsqueda de la mejoría participará Lachuer, seguro, después de que el técnico le echase un capote tras un primer partido en el que el error del gol viene de él -que luego se quedó tocado y se disculpó con el resto de sus compañeros. El francés, igual que Pablo Tomeo, brilló la temporada pasada militando en el Mirandés y ha de asemejarse a lo que fue de rojillo como blanquivioleta, puesto que es justamente de calidad en su zona del campo de lo que más está adoleciendo el Real Valladolid. Jugará… como casi todos los demás, pues no es muy amigo de cambiar el técnico sus alineaciones, y si, efectivamente, el equipo le gustó contra la Cultural…
De esta forma, la duda radica en el sustituto de Amath, permuta obligada por la triple fractura que se produjo -le produjeron- el fin de semana pasado, que le obligó a ser operado. Peter Federico, sobre todo, más que Tenés, a tenor de quién ha sustituido normalmente al senegalés, parte como favorito para entrar en el once, aunque no se puede descartar del todo que, precisamente para paliar los problemas con balón, pueda volver Chuki, que ya se encuentra recuperado de sus dolencias musculares y a quien ensalzó el técnico en la previa.
Sea como fuere, el Mirandés se presenta como otro reto en lo táctico y en futbolístico, toda vez que tiende a renunciar a la posesión para ser reactivo, justamente el contexto de partido que más le ha costado hasta ahora gestionar al Real Valladolid. El mínimo, con todo, parece ser la cadencia de llegadas que el equipo tuvo contra la Cultural Leonesa. Ya si además mejora otras cosas, al menos el acierto de cara al gol… La respuesta la ofrecerá este domingo, desde las 18:30 horas, en el estadio José Zorrilla, y con el arbitraje de Salvador Lax Franco.