Dicen que las comparaciones son odiosas, y como bien indica el padre de un amigo, no hay que odiar. Por eso en estas líneas no se recordará a ya saben ustedes quién. A cambio, leerán cómo un presidente cualquiera del Real Valladolid de repente se fundió con el ambiente de gala vivido en la tarde del sábado en la Finca de Canterac y animó al Betis CF como si fuera un verdiblanco más. Si ‘Peque’ levantara la cabeza… Ese presidente no fue otro que Gabriel Solares, que asistió a la vuelta de la eliminatoria de Copa del Rey allí donde otros solo verían pereza y barro.
Acompañado por Jorge Santiago, el copresidente se sentó en el palco al lado de Mayte Martínez, concejala de deportes del Ayuntamiento de Valladolid, y de Santiago Hidalgo, gerente de la Fundación Municipal de Deportes, y lo de que vibró como uno más no es una simple expresión. Con el paso de los minutos, y sobre todo en los finales, cuando el Betis buscaba la heroica y remontar los dos goles que había recibido del Getxo, lo vivió con la misma intensidad con la que lo hizo cualquier pucelano presente en la grada. Al ver el arrojo de los pupilos de Chemi Beltrán pedía la hora y lamentó con los demás la ocasión definitiva marrada por Iker.
La concejala de Participación Ciudadana y Deportes, Mayte Martínez, junto al Copresidente del @realvalladolid, Gabriel Solares, @gabo_solares, apoyando al @betisvall en el encuentro de la fase previa de #CopaDelReyMAPFRE.
¡Mucho ánimo! @DeportesVLL pic.twitter.com/rzSpnk5gxN
— Ayto. de Valladolid (@AyuntamientoVLL) October 4, 2025
De esos noventa y pico minutos uno -que, por cosas del azar, vio el partido cerca- puede extraer que lo de que Solares es futbolero es verdad; se mete en el juego incluso cuando no participa en él su equipo. El ejemplo fue esa última intentona bética, a la que respondió como todo el mundo: llevándose las manos a la cabeza. Y no le faltaba razón al hacerlo, puesto que con ese testarazo alto se fueron por el sumidero las opciones del Betis de jugar contra un rival de Primera … y probablemente en Zorrilla, estadio del que el Real Valladolid es concesionario.
Así se lo reclamó en algún momento algún aficionado, esperanzado de la machada. Concretamente una, que en el descanso se acercó a enseñarle una foto en su móvil, de su local con sus empleados vestidos del Pucela. En ese instante, a la mujer, que vestía de verdiblanco, se le tiñó el verde. “A ver qué hacemos mañana [por el derbi contra el Mirandés]”, le espetó a un Solares que agradecía esa forma de animar tan recia y tan castellana, sin un “suerte”, pero sí con una esperanza. A la pobre señora no le siguieron el cántico, pero, castañuelas en mano, por si ayudaba a lo del estadio, intentó, en vano, arrancar un cántico de “presi, presi”.

El “proyecto de vida” de Solares
Cuando Enrique Uruñuela y Gabriel Solares desembarcaron en Zorrilla, lo hicieron asegurando que esto iba a ser su “proyecto de vida”, unas palabras que uno podría prácticamente poner en boca de otros, con un matiz claro, y es que próximamente desplazarán a sus familias a Valladolid, tal y como el propio Solares confesó días atrás en La Jornada de La 8 de Valladolid. Dictará el fútbol lo que tenga que dictar, pero esa declaración de intenciones habla más que las palabras, aunque en la Finca de Canterac el mexicano demostró que estas también las quiere oír.
Así, mientras el partido transcurría con empate a cero, pero bajo el dominio bético, él se interesaba por cosas propias del entorno, como la manera en que está organizado el fútbol formativo de la provincia (si depende de la RFCYLF o de los juegos escolares) o por cómo es la gestión de terrenos de juego como el mismo en el que se estaba jugando (y otros cuyo césped artificial ha sido cambiado o lo será durante los próximos años). Sentado en una grada en la que jamás lo habrían hecho sus predecesores; sí, en plural, pues anda que había en su día pique entre el Betis y el Real Valladolid…

El Betis de Chupi homenajea al de Peque
Sucede que los tiempos han cambiado. Carlos Suárez hace tiempo que es parte del pasado y para militar en las categorías inferiores del Pucela un jugador -esto, créanlo, sucedió- ya no tiene que robar su ficha de las oficinas del Betis. Ahora si la entidad verdiblanca juega un partido así, invita al Real Valladolid y este responde. Porque no quiso el equipo directivo que preside Fernando Gómez dejar nada al azar. La prueba, el gesto tan bonito que tuvo para con su propia historia antes del pitido inicial, en la habitual foto previa del once titular.
Junto a los once escogidos por Chemi Beltrán, saltaron al campo algunos de los socios más antiguos del club, entre ellos, varios directivos de Nemesio Gómez ‘Peque’ y su familia. Allí estaban sus hijos, Carlos El Rubio, Jose El Peluquero y los hijos del que fuera presidente, primos del actual, pero a quien el resto de la directiva actual (y del Betis en general) tienen en tanta estima en el club de Las Delicias, un barrio que pisó por primera vez Gabriel Solares, conocedor ya de lo que es su espíritu combativo. Aunque desgraciadamente no disfrutase con un triunfo suyo.
