En la era digital en la que ya vivimos todos, seguro que hay muchos que entran en Amazon Warehouse como quien se asoma a un mercadillo, con la esperanza de encontrar alguna joya entre montones de productos. En vez de un tendero con ganas de atendernos y que nos puede recomendar qué productos funcionan mejor, en Amazon tenemos un algoritmo que decide si un robot aspirador “como nuevo” realmente sobrevivirá más de tres usos. Las devoluciones de Amazon son, para muchos, un nuevo tipo de deporte entre la búsqueda del tesoro y una máquina tragaperras. Un juego de acierto llamativo.
Y lo cierto es que aprovechar el mercado de segunda mano en Amazon es una idea, a priori, brillante. Millones de productos que alguien devolvió solo porque el embalaje venía abollado o porque “no era exactamente lo que esperaba” se quedan en el limbo de Amazon, que no tira nada, para que se clasifique y pueda poder tener una segunda oportunidad. Tras esto, la compañía los lanza de nuevo al ruedo con descuentos que pueden llegar hasta a un jugoso 50% del precio de origen. El sueño del cazador de gangas.
El problema, siempre suele haber uno, es que no es oro todo lo que reluce en Warehouse. Si bien muchos productos son nuevos, hay otros categorizados “como nuevos” que realmente no lo son. Amazon los agrupa en categorías tan poéticas como “usado muy bueno”, “usado aceptable” o “para reparación”, que suenan un poco a diagnóstico médico y que dan una pista de cómo ha sido la breve vida del producto fuera de Amazon.
La trastienda de los chollos de Amazon
Los expertos en esta caza de devoluciones aseguran que el secreto está en leer bien la descripción. Leer “Caja dañada” suele significar que solo la caja está afectada, por lo que sería una buena oportunidad, mientras que anotaciones como “pequeños desperfectos” puede traducirse como un arañazo discreto en un televisor nuevo… o una pantalla que parpadea como discoteca. Es difícil acertar sobre este tipo de cosas y la clave es asumir que Warehouse no es una zona VIP de Amazon, sino una trastienda donde acertar o no con los chollos.
El sistema, sin embargo, funciona bastante bien. Amazon tiene millones de devoluciones al año y la política flexible de devolución convierte el remordimiento de un cliente en una nueva oportunidad de venta para no desaprovechar un producto que puede tener otra vida. Es ahí donde está la magia del negocio de la segunda mano, pues el consumidor se siente inteligente por pagar menos y Amazon se quita stock de encima. El clásico Win-Win… siempre y cuando salga bien para el cliente final.
Porque, claro, hay finales felices. Hay quien compra un microondas “como nuevo” por la mitad de precio y logra que le dure años, o quien consigue un portátil con un buen descuento y le sale redondo para poder trabajar sin invertir una gran cantidad de dinero. Algo esperanzador que no deja de ser un mercado de pura fe, en el que cada click se convierte en una apuesta.
Si decides lanzarte, conviene seguir ciertas reglas de supervivencia para no complicarte la vida. La primera, que no te emociones demasiado con el descuento y revises todo bien; la segunda, que tengas mucho cuidado con los productos electrónicos, pues hay quien ha comprado móviles ya bloqueados o con datos; y, la tercera, que revises siempre el inventario, pues las buenas ofertas duran poco y necesitarás estar muy atento.
Pero no temas, pues Amazon ofrece la misma política de devoluciones con Warehouse que con los productos nuevos. Tienes hasta 30 días para arrepentirte de la compra y hasta un año de garantía legal, por lo que, si tienes la mala suerte de que algo falle y la apuesta no funcione, siempre puedes devolverlo. Y la rueda, como sabes, volverá a girar. Pero no te desanimes: entre los miles de productos que otros rechazaron, puede estar tu próxima ganga.