Pocas veces se ha encontrado, seguro, el Real Valladolid en una realidad como la actual, en la que una selección mundialista pueda estar valorando un fichaje del equipo pucelano para poder estructurar el proyecto de un equipo que jugará en la Copa del Mundo. Pero ese parece ser el escenario por el que varias fuentes ecuatorianas señalan a Guillermo Almada como uno de los candidatos a suplir a Sebastián Beccacece en la selección de Ecuador.
Parece que su dirección deportiva está peinando de nuevo el mercado de entrenadores con la indecisión de un posible cambio de ciclo o de la continuidad sobre un modelo que les ha llevado a poder estar en el Mundial de 2026. En medio de esas dudas, la Tricolor parece haberse fijado en el actual entrenador del Real Valladolid para poder dar forma a una nueva forma de ver los objetivos del combinado ecuatoriano.

Aunque Sebastián Beccacece, seleccionador vigente, ha sostenido un proceso que llevó al equipo a cumplir con el objetivo de estar en el Mundial de 2026 y a reforzar una identidad de bloque sólido, el lado más político y mediático de la Federación de Ecuador, sin embargo, parece dispuesto a conversar sobre las diferentes opciones más allá del nombre del argentino y ha apuntado, entre otros, el nombre de Almada. Todo para un posible relevo antes o después del Mundial 2026.
En los últimos días, portales locales y cuentas especializadas han vuelto a deslizar su idoneidad como eventual relevo si la Federación optara por un nuevo rumbo antes o después del Mundial 2026, en paralelo a otras quinielas que incluyen perfiles con otra clase de recorrido internacional. Lo que es seguro es que, cada vez que se activa esa duda sobre el futuro del combinado de Ecuador, Almada casi siempre es candidato, como lo fue, precisamente, antes de firmar por el Real Valladolid.
El contrato blanquivioleta, en el medio
Ahora bien, hay un matiz que condiciona cualquier hipótesis y es que Guillermo Almada está dirigiendo en España al Pucela y tiene contrato en vigor. No parece, por tanto, posible que esto fragüe. El Real Valladolid anunció la llegada de Almada el pasado 8 de julio de 2025 con el objetivo explícito de pelear el ascenso y un vínculo que llega hasta el verano de 2026.

El propio técnico ha insistido en público en la dureza de Segunda y en el carácter de proyecto de su trabajo en Pucela y, en ese marco, su situación de mercado no es la de un agente libre a la espera de llamada, a pesar de que portales ecuatorianos aseguran que hay una cláusula dentro del contrato actual de Almada que podría “facilitar” su salida en caso de tener oferta firme por parte de Uruguay o de Ecuador, dos selecciones por las que sería creíble que Almada pudiera querer escuchar.
Sin saber más por parte de los agentes de Almada o del club, la realidad es que todo esto no son más que rumores que, de momento, parecen desatarse más al otro lado del charco, donde en Ecuador siguen día a día la evolución de Almada en Europa, sabiendo que es uno de los favoritos de la gente para ser parte del destino de Ecuador. Si la Federación de Ecuador decide dar un paso, podría encadenarse al año de contrato firmado por Almada en julio de 2025 y, por ello, no interferir en su realidad actual como técnico en España y evitar cualquier situación que pudiera afectar a un claramente valorado Beccacece o al propio Real Valladolid.
Almada, un técnico muy querido en Ecuador
Ese ruido, amplificado en redes y programas locales, ha vuelto a poner sobre la mesa un nombre que en Ecuador jamás dejó de ser candidato sentimental. Guillermo Almada encaja con parte del ideario que algunos sectores reclaman para la Tricolor. Siendo un entrenador, como es, de energía, presión alta y convicción ofensiva sin descuidar los mecanismos defensivos, parece cuadrar bien con la identidad que le puede ir bien a la plantilla.

En Guayaquil, a bordo del Barcelona, Almada dejó una huella medible con el título liguero de 2016 y una Libertadores 2017 en la que llegó a plantarse en semifinales. Además, la gestión de un vestuario que compró a la perfección un método de trabajo que en la mayoría de sus etapas logra emerger con fuerza y resultados. Esa memoria perdura claramente en el ecosistema del fútbol ecuatoriano, donde su nombre emerge cada vez que se abre una ventana de incertidumbre con la selección o con algún grande ecuatoriano, pero que en esta ocasión coexiste con el gran trabajo mostrado por Beccacece y la virtud de estar en un Mundial.
Parece que el Real Valladolid se puede encontrar con una situación poco común, en esta temporada de reconstrucción post-Ronaldo y en medio de un comienzo de año con algo de inestabilidad en cuanto a resultados. El buen trabajo realizado en la pretemporada y el estilo definido de Guillermo Almada está más que impreso en la plantilla del Pucela 25/26, pero los marcadores no han logrado dejar la sensación de que sea un equipo capaz de aspirar, de verdad, a pelear el ascenso.
