De las ilusiones también se vive, reza el dicho popular, y con esa frase ha ido por bandera el Portugalete, que ha logrado derrotar por un gol a cero a un Real Valladolid que rozó la vergüenza (si no la tocó), en la primera ronda de la Copa del Rey. Sin quitar un ápice al derroche físico, mental y futbolísticos de los jugadores locales, que militan en Tercera RFEF, que hayan conseguido apear en primera ronda a un histórico del fútbol español como es el Real Valladolid indica un bochorno por parte de los blanquivioletas, que firmaron un esperpento.
Guillermo Almada partió de inicio con un once con los jugadores menos habituales en la competición liguera, incluyendo caras nuevas como la de Hugo San, que debutaba oficialmente con el primer equipo. Comenzó el encuentro con un Portugalete que, al contrario de lo que cabría esperar, no salió a esperar a su rival, por más que compita tres categorías por encima, y que consiguió embotellar al cuadro vallisoletano en su campo.
Así, el cuadro local obligó incluso a intervenir a Aceves en dos tiempos con un zapatazo desde fuera del área en el minuto 3 del partido, que comenzó con quince minutos de retraso debido al diluvio que cayó en la previa del encuentro, lo que causó que el autobús visitante se encontrara con serias dificultades para llegar a la hora prevista al estadio. Trató de desquitarse la presión el Real Valladolid, desahogándose de la presión vasca por los extremos, quienes buscaban las testas de Marcos André y Jorge Moreno sin éxito.

Portugalete y el Portugalete se crecen
Pasaban los minutos, y el equipo jarrillero, llevado en volandas por una afición que no cesó de animar en ningún momento, comenzaba a creérselo. Sin embargo, tras un preciso balón de Javi Sánchez, Marcos André estuvo a punto de silenciar el graderío con una ‘cucharita’ que obligó a Ibón González a sacar una manopla magistral para mantener las tablas en el marcador. No le gustaba nada a Almada lo que estaba viendo y, tras la cartulina amarilla mostrada a Alani en el ecuador de la primera mitad, hizo saltar a los primeros jugadores a calentar para tratar de desatascar un partido que se le complicaba por momentos.
En busca de conseguir ese tanto que le diera la ventaja antes del descanso, metió una marcha más el Pucela, lo que provocó que el joven colegiado navarro Alejandro Morilla mostrara la amonestación a Oier del Cura y a Pedro Belar, cuyas faltas desembocaron en claras oportunidades erradas por Chuki y Jorge Delgado. Señaló el camino a vestuarios el trencilla, no sin antes haber anulado a instancias de su asistente un el testerazo de Lachuer que acabó besando las mallas, pero claramente adelantado.
En la segunda parte, el Portugalete salió con la misma idea que en la primera mitad: a no especular y a morder a un rival, arrinconado con el paso de los minutos. Tanto fue así, sin mediar demasiado tiempo, Xabi Gómez tuvo la ocasión más clara del partido en un remate a la altura del punto de penalti a la media vuelta, a lo que Aceves respondió sacando otro guante espectacular.
Pero como bien dice el refranero español, el que la busca la encuentra, por lo que Xabi Gómez consiguió el tan ansiado gol con un buen remate cruzado, ante el que nada pudo hacer el portero pucelano. El ‘Portu’ daba la campanada momentánea y ponía al Real Valladolid contra las cuerdas, lo que hizo que Almada moviera el avispero de manera abrupta, dando entrada a Peter Federico, Amath, Guille Bueno y Juric en la misma ventana de sustituciones. Haría lo propio Egoitz Bilbao dando salida a Ibai y al goleador Xabi Gómez para dar minutos a Iker y Aramburu.
. XABIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
⏱️ 57′ | 1-0#aupaPORTU pic.twitter.com/D24DcSR34m
— Club Portugalete (@clubportugalete) October 29, 2025
Reacción escasa y tardía
Empezaban a pesar los minutos en las piernas vascas, que acusaban el titánico esfuerzo realizado, pero con cuarto de hora por delante aún, seguía disputándose el juego en campo visitante, sin ningún acercamiento en la segunda mitad a la meta de Ibón. Con el Portugalete siendo dueño y señor del encuentro, llegó el tramo final, en el Real Valladolid apretó los dientes y cogió el testigo del dominio vasco para intentar derribar el muro jarrillero, ocasión de la que dispuso Marcos André pero que echó fuera, de nuevo, sin explicación.
Aún hubo tiempo para que Arnu sacara el orgullo y rabia bregando por un balón dividido, lo que provocó que se llevara otra cartulina amarilla, y disparando a la desesperada por lo alto de la portería, pero no hubo tiempo para más, y el cuadro vizcaíno logró hacer historia eliminando a un equipo de LaLiga Hypermotion, histórico como es el Real Valladolid, con todas las de la ley y con todo el mérito del mundo. Así es la magia de la Copa del Rey… una teñida de color negro para el Pucela en esta ocasión.
