Si Judas negó tres veces a Jesús, Guillermo Almada le superó: hasta en siete ocasiones, después de perder contra el Portugalete, dijo que “faltó fútbol”. “Lo hicimos mal; fue un desenlace lógico. Estamos bastante dolidos, ya que teníamos nuestra expectativa con el partido, pero jugamos mal”, reconoció el entrenador. Por más veces que repitiera la frase -“nos faltó fútbol”-, seguramente dejará a pocos conformes el que no profundizase más en la autocrítica, que debe existir después de un tortazo de tal calibre. No obstante, aseguró también estar “molesto y decepcionado” y pidió perdón a la afición.
El “perdón” de Almada
En opinión de Almada, la derrota “no fue una cuestión de actitud”, ya que sus jugadores “lucharon y pelearon”. “La pelota estuvo más por el aire, nos saber abrir esa defensa y las pocas [ocasiones] que tuvimos las definimos mal. Nos faltó precisión para responder a lo que ellos proponían, que era pelota larga y dividida”, reflexionó un técnico que no ocultó que “no es la imagen” que quieren dar. “Pedir perdón es lo único que podemos hacer en este momento, y tratar de mejorar”, volvió a insistir el entrenador, que, sumergido en el ‘Día de la Marmota’, apenas pudo encontrar (o al menos, dar) una mayor explicación.
La falta de acierto, otra clave
Por profundizar en algo, Almada lo hizo -también, además de en la palabra ‘fútbol’- en la falta de acierto: “No pudimos concretar las pocas chances que tuvimos, y los partidos se ganan con goles. Generamos mucho menos que en los partidos anteriores, pero ahí está también la clave”, agregó, antes de reconocer que, como no cabe otra cosa, analizará “más detenidamente y más profundo todas las situaciones e individualidades”, con el fin de llegar a una explicación mayor del desastre perpetrado por el Real Valladolid, que no caía en una primera ronda de la Copa del Rey desde hacía una década.
