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La Pizarra de Blanquivioletas | Granada CF

Una mirada al Granada que dirige Pacheta, rival de la jornada 12 de LaLiga Hypermotion para el Real Valladolid en el José Zorrilla

por Miguel Ruiz
2 de noviembre de 2025
Granada

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La campaña 25/26 del Granada CF, bajo el mando de Pacheta, arranca marcada por una evolución que va más allá de los resultados numéricos. El conjunto granadino ha ido afinando detalles de estructura, intensidad y estilos de ataque y defensa durante los once primeros encuentros de liga, forjando una identidad más reconocible y competitiva.

Aunque algunos períodos de inestabilidad llegaron con ciertos cambios de bloque y planteamientos, la tendencia apunta con claridad hacia un equipo que busca protagonismo, que presiona con convicción y que quiere convertir su ambición en un rendimiento tangible para aspirar a los objetivos marcados. En ese proceso de transformación, Pacheta ha impuesto fórmulas tácticas coherentes, adaptando su modelo tanto a las virtudes particulares de la plantilla como a las exigencias del calendario. La meta no es solo sobrevivir en la categoría, sino construir una versión del Granada CF que imponga su ritmo, se abra paso en los duelos y explote sus momentos de transición para hacer daño.

El Granada, línea por línea

El Granada de Pacheta ha ido de menos a más a través de dos palancas: La altura media del bloque sin balón y la agresividad en las ayudas del lateral del lado fuerte. El técnico ha alternado línea de cuatro atrás con momentos de tres adelantando al canterano Naasei Oppong, para cerrar la frontal y liberar a los laterales en la presión sobre extremos y laterales rivales.

En los peores días, el equipo sufrió en centros al segundo palo y en vigilancias tras pérdida, pero en las últimas jornadas el orden ha crecido al fijar mejor las referencias en área y al reducir el espacio a la espalda del lateral que salta. El 5-2 ante la Real Sociedad B actuó como bisagra emocional y provocó que el equipo afianzara ciertos automatismos, como el achique de espacios coordinados, el primer pase limpio y una serie de persecuciones cortas en la presión, con Sola como eje sólido en esos duelos en campo contrario, y con centrales más proactivos para defender hacia delante, como Lama y el propio Oppong.

Naasei Oppong Granada
Naasei Oppong despejando un balón con el Granada

El mensaje del entrenador en ese sentido es claro, pues quiere presión alta selectiva, robar arriba y avanzar. Es por eso que el centro del campo de Pacheta ha buscado una sala de máquinas más vertical que asociativa, capaz de sostener esas transiciones deseadas. La pareja Alcaraz–Alemán le ha dado al equipo un buen pie firme y lectura de juego más táctico que asociativo. Alcaraz es ancla y protege los carriles interiores y Alemán quiere romper líneas en conducción y con un primer pase tenso. Si el rival no logra hundir al Granada, Naasei puede incrustarse por delante para una salida más clara, avanzando y formando un rombo funcional con un interior alto para morder la segunda jugada.

El equipo ha mejorado cuando sus interiores han corrido hacia delante, no hacia los costados, por lo que la recuperación en campo rival ha generado ataques más cortos y claros y ha reducido metros a la espalda, lo que favorece que el Granada sufra menos en transición ataque-defensa. La estabilidad todavía es intermitente, pero la tendencia competitiva es nítida. El equipo ejerce más robos en campo rival, tiene más llegadas al área con menos toques y sufre menos pérdidas horizontales en campo propio.

En los costados y en punta está el filo de la navaja ofensiva. El plan ofensivo prioriza dos extremos profundos, con Sola y Faye como elementos clave. Ambos tienen en su oferta cambios de orientación rápidos y rupturas a espalda del lateral contrario. En ese sentido, Faye ha aportado zancada y amenaza sin balón, atacando el espacio exterior-interior y fijando al lateral rival.

Sola Granada
Sola celebra un gol con el Granada | Foto: LaLiga

Sola, en cambio, ha sumado en cuanto a esos centros tensos de primer toque y llegadas al segundo palo, buscando siempre a la referencia (Bouldini, Pascual) o la llegada de los interiores en segunda línea (Sergio Ruiz o Alex Sola). En el área, la referencia es bastante alterna, con un delantero que fija y descarga o un punta móvil que ataca el primer palo, y se decide en función de la envergadura del central rival.

Con ventaja posicional, el Granada sabe acelerar, con apenas tres pases, ruptura de líneas y búsqueda del área contraria. La mejora del volumen de llegadas se explica por un dato simple, pues el equipo dispara algo menos que sus rivales por partido, pero ha convertido mejor cuando ha robado arriba y ha atacado en transición corta, situación en la que más cómodo se siente el equipo de Pacheta.

¿Cómo le puede hacer daño este Granada al Real Valladolid?

El Valladolid podría sucumbir al juego de este Granada si le dejan asumir el mando y permite que el bloque del Granada eleve su altura en los inicios de cada tiempo. Una estrategia para forzar salida por fuera y atrapar al lateral de Valladolid en la banda. La trampa habitual de Pacheta, un extremo que orienta hacia la banda, un lateral que salta al espacio y un mediocentro que tapa esa posible línea de retorno para aliviar la presión es especialmente eficaz si el punta consigue cerrar al central de perfil menos diestro en conducción, que en este caso podría ser Tomeo.

Pacheta Granada
Pacheta, ex del Valladolid, hoy entrenador del Granada

Aunque, con robo alto, el Granada puede acelerar a pocos toques, atacando el intervalo lateral-central y haciendo daño en cualquier de los perfiles por la altura de Bueno y Alejo. En ataque posicional, conviene cargar el lado fuerte con interior y lateral, y liberar al extremo del lado débil para el cambio de orientación que encuentre situación de uno contra uno. Sabiendo que Alcaraz puede fijar a la frontal para recoger la segunda jugada y Alemán es capaz de conducir y romper la primera línea, es imprescindible cerrar esas vías mixtas.

En transición defensiva, la consigna es cortar el primer pase hacia el mediapunta de Valladolid con una falta táctica lejos del área y parar el partido arriba. En cambio, si el Valladolid cierra por dentro, el Granada debería poder insistir en los centros bajos al primer palo, atacando el intervalo entre lateral y central, donde sufre el repliegue pucelano cuando defiende hacia su portería. Si el rival salta a tapar al pivote, puede activar la salida con Naasei adelantado y con los laterales altos para fijar. En eso, Faye es clave, pues puede atacar la espalda de Alejo con solvencia y estirar al equipo para que aparezcan metros a la frontal.

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