Con una sonrisa tímida, pero sonrisa, al fin y al cabo. De ese modo compareció en sala de prensa Guillermo Almada, entrenador del Real Valladolid, después de la victoria frente al Granada. “Había que ganar de cualquier manera para engancharnos al pelotón y por lo que había sucedido el miércoles. Es un triunfo muy valioso y creo que el Granada ha dignificado mucho la victoria. Creo que hicimos un gran segundo tiempo, con una gran personalidad, en un ambiente que no era sencillo. Pienso que nos llevamos un resultado justo por lo que hicimos y por la personalidad de varios chicos”, analizaba en primer término el técnico uruguayo.
No en vano, Almada acabó con unos cuantos chicos con pasado en Los Anexos y sin demasiada experiencia, y estos le sacaron del atolladero de la primera mitad. “Fueron muy valientes y un factor importante para que el empuje del equipo se tradujera en el marcador. Nos quedamos muy conformes con su aporte, porque han aportado trascendencia al juego y creo que la gente se sintió identificada con ellos. Es algo bueno para que sigan creciendo y para que crean en sus grandes condiciones”, reseñó el uruguayo, confiado de que van “a dar muchas alegrías en el correr del año”.

Almada agita al equipo en el descanso
El triunfo llegó después de una remontada que comenzó con el doble cambio introducido al descanso, cuando Pablo Tomeo y Jorge Delgado saltaron al terreno de juego por Javi Sánchez y Stipe Biuk. “El primer tiempo no nos dejó conformes, pese a que tuvimos situaciones que malogramos. Estuvimos muy largos, demasiado para atrás. Necesitábamos tomar más riesgos en conducción y empujar más al equipo de atrás para adelante”, reseñó Almada, que destacó, también, que no habían tenido “precisión” con balón.
Para el entrenador del Real Valladolid, después de los cambios estuvieron “más juntos, más apretados” y tomaron más riesgos por jugar “más adelantados”. “Eso hizo que empujáramos a los medios y a los delanteros hacia la zona ofensiva, lo que complementamos con buen juego. Abrimos la cancha, encontramos juego interior, generamos mucha presión…”, enumeró Guillermo Almada sobre las virtudes de su equipo.

Más cómodos con dos delanteros
Con todo, el equipo se encontró mejor con dos delanteros más puros que los que salieron de inicio, cuando Amath acompañó a Latasa; ya fuera por esa circunstancia, que el equipo empujaba de atrás hacia adelante, o porque le sentó mejor el cambio. “Dimos libertad a Amath, a Peter [Federico] y a Stipe [Biuk]. A Amath lo vimos bien y nos dio mucha brecha por la zona izquierda, pero se ha visto que con dos delanteros centros dentro del área generamos más preocupación a los rivales, sobre todo cuando tuvimos el control y jugamos en su cancha”, confesó el entrenador del Real Valladolid. “La realidad es que se nos vio mejor”, agregó.
Así sucedió también con Pablo Tomeo respecto a Javi Sánchez, a quien no se le vio demasiado conectado con el encuentro. No obstante, el cambio “no tuvo nada que ver con los pitos de la grada”, que los hubo desde antes del choque, sino con que quería dar “un tirón de orejas” a Tomeo, después de cometer “algún error” en los últimos partidos. Sobre esos pitos, generales en algunos casos, no se extrañó Almada; son “situaciones” que ha vivido “muchas veces” y que normalizó. “Siempre somos los malos de la película. La gente se puede expresar como crea conveniente”, aseveró, aunque sin dejar de comentar que la eliminación en Copa del Rey les golpeó “a todos”, también en el vestuario.
			