Los fans de One Piece están de enhorabuena, pues después de marear la perdiz durante meses, Netflix ha confirmado la fecha de estreno de la segunda temporada del live action de este popular anime. Será el 10 de marzo de 2026 cuando Luffy y compañía volverán a surcar los mares a bordo de la plataforma digital. Es por eso que los fans pueden respirar tranquilos, o al menos intentarlo, pues es cuestión de tiempo que todos los personajes de la serie zarpen hacia la Isla Drum.
La plataforma, consciente de la necesidad de estirar el hype y con grandes dotes para hacerlo hasta el límite de lo razonable, ha acompañado esta noticia con un cartel en el que los protagonistas lucen unos abrigos que marcan esa nueva etapa nevada en el recorrido de la serie. Solo el sombrero de paja del protagonista desafía la escena invernal, como si fuera inmune al clima. Y no, Netflix no necesita justificar absolutamente nada, pues la fe en Luffy es religión y el éxito de la serie en su primera temporada justifica cualquier espera para los fans para poder seguir disfrutando de las aventuras de One Piece.
Un presupuesto engordado
La Isla Drum no será un simple cambio de escenario, pues es también la entrada en juego de un personaje como Tony Tony Chopper, un pequeño reno parlante que en la versión anime se robó los corazones de todos y que puede dar un chute de adrenalina a Netflix por lo que puede significar, a partir de ahora, aprovechar el merchandising.
El reto técnico no es menor y Netflix ya tuvo que navegar por aguas turbulentas en la primera temporada para equilibrar las necesidades de un Live Action con la fidelidad al material original del manga, teniendo los límites lógicos del realismo. Ahora, con Chopper de por medio, la apuesta visual sube de nivel y todos sabemos lo que eso significa, pues es necesario un empujón más para el presupuesto de la serie para acometer mayores efectos visuales y, sobre todo, el CGI necesario para hacerlo todo creíble.
One Piece: un éxito entre el guiño y el gran público
La segunda temporada constará de ocho episodios que llevan títulos que, según se ha filtrado, hacen referencia a películas como Karate Kid o Risky Business. Un guiño interesante de los creadores, que parecen empeñados en recordarnos que esta serie no está hecha solo para fans del manga y el anime, sino que es una adaptación para todos los públicos y un gran juego de referencias, humor y acción. Lo que empezó como una apuesta arriesgada está siendo uno de los mayores éxitos de la plataforma y una sorpresa para quienes se han acercado a One Piece por primera vez a través de este live action.
Una mezcla de ironía y cariño hacia el anime original que se ha convertido en la clave de su éxito, pero que también ha ido afianzando ciertos marcos argumentales para que cualquiera pueda asomarse a la serie sin que los puristas puedan torcer demasiado el gesto. El público general ha encontrado en esta serie algo que pocas adaptaciones logran con tanta fiabilidad, con una diversión sin complejos que habla más de la aventura en sí que de esa necesidad por recordar, siempre, a la versión anime.
Por ahora, la única pregunta que queda por resolver es cómo se lanzará la temporada, ya que Netflix no ha aclarado si apostará por un maratón completo para que sus fans puedan disfrutarlo de golpe o si optará por sacar un capítulo semanal, algo que se rentabiliza mucho en redes sociales, aunque puede significar riesgo de spoilers.