La llegada de Ponceau fue una de las más emocionantes del mercado del Real Valladolid. Un jugador que había brillado entre líneas en Francia recaló en un Pucela en reconstrucción y que necesitaba creatividad, algo que ya había demostrado tener. Era un mediapunta que también se dejaba caer por los costados, recuperador en campo rival e incisivo, parecía tener futuro en la ideología de Almada. Tardó en entrar, como el resto de fichajes, por la dura preparación del míster antes de sacarlos al ruedo. Sin embargo, Julien Ponceau en sus primeras apariciones fue más bien ‘Julien Pues No’.
Lo intentaba, se podía vislumbrar la intención ofensiva que materializó en el Lorient, pero no terminaba de ser preciso con el balón ni encontraba la comodidad que necesitaba para ejercer su libertad característica. Una libertad, que, por otra parte, también quería Almada de él. Un pequeño cambio inesperado y por necesidad ha influido positivamente en el rendimiento del futbolista, que retrasando su posición ha encontrado su hueco en el conjunto blanquivioleta.
La primera vez que Ponceau se situó en la demarcación de mediocentro con el Pucela fue en la octava jornada ante el Mirandés. Ingresó al terreno de juego como extremo en un 1-4-2-3-1, pero en busca del empate el entrenador uruguayo modificó el esquema, con un 1-4-4-2 en el que Ponceau compartió el centro del campo con Alani. El franco-angoleño se situó un poco más hacia el perfil derecho y por ahí llegó el tanto del empate, el primero suyo como blanquivioleta, empujando de una forma muy bella el balón de espuela hasta el fondo de la red.
Es un jugadón. Es el primero de Ponceau con la blanquivioleta. ¡SEGUIMOS, PUCELA!#LALIGA #LALIGAHIGHLIGHTS pic.twitter.com/Se3lqnV67H
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Su crecimiento con esta variación en su posicionamiento ha sido bueno, y ha sumado dos asistencias más a sus números personales, la primera de ellas con un gran pase ante el Real Sporting de Gijón, para recortar distancias con el primer gol de Jorge Delgado en LaLiga Hypermotion, y la segunda en el último partido contra el Granada que supuso el tanto del empate de Amath.
El primero de muchos, Jorge pic.twitter.com/CtkcYKTRn9
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Un nuevo Ponceau
A nivel creativo, el equipo agradece la visión y la técnica de un futbolista como él, y desde el cuerpo técnico se ha trabajado con él la fase defensiva. Así, Ponceau se ha convertido en el “volante mixto” que Almada demandaba a la dirección deportiva en verano. A día de hoy, lo es más el ’21’ que Lachuer, y así lo valora el propio técnico en la rueda de prensa previa al encuentro contra el Cádiz.
“A Ponceau lo trajimos para jugar en otra posición, esa es la realidad, o era nuestra idea. Por nuestras necesidades tuvimos que adaptarlo y lo está haciendo de gran manera; se ha adaptado bien a la posición. Hemos trabajado mucho con él, sobre todo, en el aspecto defensivo, porque es un jugador más con características ofensivas”, explica el charrúa. Un trabajo individual que ha ido en consonancia con la forma de atacar que ha adoptado el conjunto del José Zorrilla con el paso de las jornadas.
“El crecimiento futbolístico que hemos tenido en las últimas fechas, teniendo mayor posesión, más llegada y con los números que hemos tenido, está relacionado con la pulcritud que hemos manejado en el manejo de la pelota. Vuelvo a insistir: estamos muy conformes con él, por más que, siendo honestos, lo trajimos para otra posición de inicio y hayamos tenido que adaptarle a otra situación, en la que está rindiendo muy bien”, añade Guillermo Almada.
En un equipo que se debate entre dos figuras como la del 1-4-4-2 y el 1-4-2-3-1, Julien Ponceau puede adaptarse a ambas, pero lo que está claro es que el rendimiento del futbolista como mediocentro en la primera dota al Real Valladolid de más variantes ofensivas, una nueva carta que utilizar en función del rival y el momento del partido.
