Javi Baraja es un entrenador de lo más exigente. Uno, no obstante, que, dentro de esa exigencia, está satisfecho a día de hoy con lo que su Real Valladolid Promesas viene transmitiendo. “Estamos interpretando muy bien los partidos”, aseguró este domingo, después del empate cosechado frente al Salamanca CF, que demostró ser, muy posiblemente, el mejor equipo que ha pasado por Los Anexos en lo que va de temporada. “Creo que se ha visto un buen partido. Nos ha faltado un poquito para cerrarlo”, lamentaba en rueda de prensa el técnico.
Tan poquito como que Carvajal tuvo una pena máxima que se convirtió precisamente en eso, después de errarla. “Nos queda una sensación un poco agridulce, porque hemos tenido esa ocasión clara, aunque ellos también han tenido las suyas”, reconocía Baraja, que destacó, en cualquier circunstancia, que “el trabajo de los chicos contra equipos buenos como el Numancia, en igualdad, o como contra el Salamanca, es bueno”. Y eso que, a su modo de ver, se vieron “sometidos mucho por momentos”, un análisis que, curiosamente, coincidió con el de su rival, Jorge García, que se vio así también a veces.
La lectura inicial de Baraja
En el toma y daca que fue el derbi contra los salmantinos, hubo un matiz respecto a los últimos partidos, en los que el entrenador de Las Delicias utilizó un 1-4-4-2, al emplear a Riki por dentro y mutar en un 1-4-2-3-1. “Ellos van muy altos a la presión, prácticamente a pares, y sufren cuando el pivote se lateraliza en la ayuda. Encontrar la interlínea con Riki, que es muy dinámico y puede aparecer a cualquiera de sus dos costados, y poder girar y correr con los extremos, además de Carvajal, que nos da mucho al espacio, era la intención”, confesó Baraja.
En la primera parte, el Real Valladolid Promesas encontró “bastante bien” al mediapunta de origen brasilero, lo que le hizo disponer de “opciones” para adelantarse. En la segunda les costó “más hacerlo”, porque el Salamanca cerró “más por dentro”, después de hacer un ajuste táctico, lo que llevó al filial a “intentarlo más por fuera”. “No hemos tenido tanta fluidez [con balón], pero quizá sí hemos tenido más profundidad que en la primera parte”, prosiguió con su análisis el tecnico blanquivioleta. Tanto fue así que, en ese periodo, varias fueron las ocasiones que llegaron de ese modo, atacando la profundidad.
La importancia del balón parado
Dos de esas aproximaciones peligrosas del filial en la primera mitad fueron en sendas acciones a balón parado que no llegaron a buen puerto, pero casi lo hacen. Y es que es Baraja un técnico metódico y que apuesta por ello: “Para nosotros es importantísimo, porque, como equipo con jugadores que quieren llegar al fútbol profesional, es una faceta que hay que trabajar, perfeccionar, controlar y dominar. Trabajamos para que tenga confianza en ambas fases, porque un córner o una falta lateral y no deja de ser una ocasión más que, en partidos muy trabajados como este, es oro. Le damos la importancia necesaria para que sean conscientes de que cualquier partido se puede ganar o perder así”, concluyó.
