Una de las palabras más destacadas en en el inicio liguero del Real Valladolid Promesas es, sin duda alguna, “continuidad”. Si bien en las primeras fechas dejó algunas dudas, sobre todo en Los Anexos contra el Atlético Astorga, el filial blanquivioleta ha mostrado una evolución en juego y resultados… en casa. Los de Javi Baraja han ganado fiabilidad en casa y lejos de Valladolid han competido durante muchos minutos, pero han pagado caros los errores cometidos. El punto ahora en el que se enfoca la plantilla ahora es el de lograr también sumar de a tres a domicilio, ya que a nivel de sensaciones colectivas durante el desarrollo de los encuentros el equipo progresa adecuadamente.
No ha sido un camino sencillo hasta llegar a este punto, en una plantilla muy renovada, amplia y con muchos debutantes en la Segunda RFEF e incluso algún jugador en edad juvenil, Javi Baraja ha tenido que encontrar la fórmula adecuada para que sus pupilos madurasen rápido y se adaptasen a la idea que el míster quiere inculcar. El Promesas ha mejorado en ese aspecto en las últimas semanas y una de las claves para entenderlo es el rendimiento de los dos jugadores que se han asentado en el centro del campo: Jesús Martínez y Rulo.
Jesús Martínez, líder desde el día uno
Jesús Martínez era uno de los llamados desde el primer día a ser importantes en esta nueva aventura del filial del Real Valladolid. Tras su cesión en el Barakaldo, el centrocampista regresó a Los Anexos con ofertas de Primera RFEF, pero finalmente apostó por quedarse en la disciplina blanquivioleta. La realidad es que Jesús ha tirado de galones y en todos los partidos ha tenido la intención de ser uno de los líderes del equipo. Sin balón ha aportado muchas cosas; corrige, es contundente e inteligente, aunque también con la posesión ha sido importante. Es un futbolista potente y, con sus cambios de dirección en largo ha desatascado un gran número de jugadas.
A un buen nivel, estaba claro que el centro del campo iba a ser suyo, pero necesitaba al menos una pareja de baile con la que compenetrarse, y el indicado, por ahora, ha resultado ser Rulo. “Está encontrando su posición junto a Jesús, que se centra más en lo defensivo y le libera de tareas con balón. Eso nos está dando más equilibrio dentro y permite que el equipo juegue un poquito más adelante”, dijo Javi Baraja sobre la evolución de Rulo, recién promocionado desde el Juvenil A.
Rulo se adapta al ritmo del Promesas
Para que Rulo acabase posicionándose ahí, también tuvo que haber un proceso. Acostumbrado a jugar más avanzado, de enganche por delante de jugadores como Juan Carlos Murcia y Alani en un doble pivote bajo las órdenes de Manu Olivas, la pretemporada fue dura para el joven, que quería hacerse un hueco en el equipo. Rulo ya sabía lo que era jugar con el Real Valladolid Promesas y tenía ante sí la oportunidad de hacerse más importante en el filial. Por ahora lo ha conseguido, no sin antes superar algunas complicaciones.
Dentro de la búsqueda de un sistema sobre el que construir el nuevo proyecto del Promesas, Javi Baraja llegó a probarle en distintas posiciones, rodeado de distintos compañeros. Incluso llegó a jugar en la banda. Sin embargo, por las características de Rulo y del resto de la plantilla, el técnico ha terminado acoplándolo en el centro del campo, donde en las últimas jornadas ha sido capaz de sacar a relucir sus principales virtudes, como el pase progresivo. Cuenta con una gran visión y capacidad para buscar al compañero rompiendo líneas y sorprendiendo a la defensa. Así ha logrado dar dos asistencias, ante la Gimnástica Segoviana a César Porras y a Tomy contra la SD Sarriana.
Es para verlo en bucle
@ruulooo___
Tomy#pucela #RVPromesas pic.twitter.com/syRCSrQJzZ— Cantera Real Valladolid (@RVcantera) October 28, 2025
La dupla se puede mantener si es necesario cambiar el sistema
La metamorfosis de este Promesas llegó a plantear como base para crecer un 1-4-4-2 con Tomy y Ángel Carvajal en punta, mientras el equilibrio en la medular lo aportaban Jesús Martínez y Rulo. Sin embargo, ante el Salamanca CF Javi Baraja volvió a la figura del 1-4-2-3-1 sin prescindir de ninguno de los dos, presentes en el doble pivote, y con Riki más adelantado con libertad entre líneas.
“Ellos van muy altos a la presión, prácticamente a pares, y sufren cuando el pivote se lateraliza en la ayuda. Encontrar la interlínea con Riki, que es muy dinámico y puede aparecer a cualquiera de sus dos costados, y poder girar y correr con los extremos, además de Carvajal, que nos da mucho al espacio, era la intención”, dijo el entrenador tras el encuentro, satisfecho con la imagen ofrecida, ya que, sobre todo en la primera parte, este planteamiento funcionó y por momentos los suyos fueron muy superiores con balón a su rival.