El Valladolid volvió a dejar escapar un partido por su escasa efectividad. Es por eso que duele más, pues es uno de los equipos con mayor producción de ocasiones, incluso en un duelo en el que el ejercicio de los encargados en la base no fue resultón en ataque. La capacidad del Real Valladolid vuelve a quedarse muy corta para intentar acometer la victoria y lo cierto es que apenas una ocasión clara de Las Palmas fue convertida en contra del equipo de Almada. En Zorrilla, una nueva caída dolorosa ante un rival directo.
En una derrota dura por lo mucho que se intentó encontrar el camino del gol, hubo como siempre nombres propios que asumieron su rol con buen nivel y que supieron resarcirse de los errores para aparecer como futbolistas clave en el desempeño del equipo. Es por eso que hacemos, como en cada jornada, un nuevo repaso del partido para sacar tres favoritos entre todos los participantes en esta derrota del Pucela en la Jornada 14 ante Las Palmas: Iván Alejo, Guille Bueno y Peter Federico.
Iván Alejo volvió a entenderlo todo
Es complejo estar bien siempre en el campo. No es el caso de Iván Alejo, que sí ha mostrado partidos en los que no ha encontrado la vía o no ha conseguido ser tan efectivo. Este podría ser el caso del partido del lateral ante Las Palmas, de no ser porque su actuación, a casi todos los niveles, fue perfecta en entendimiento del rol y de las necesidades de su posición. Y no era sencillo por la amenaza continua en la banda zurda de Las Palmas, primero con Ale García, a tramos con Pejiño y, finalmente, con otro invento de Luis García, metiendo a Viti en ese perfil contrario a lo habitual.
Defensivamente le superaron poco y supo rehacerse y, aunque en ataque le costó ser eficaz (como a todos), es el partido en el que más le hemos visto actuar como extremo. La pega que le pondría, de ponerle alguna, es la excesiva altura desde la que intentaba el envío directo al área. Ha demostrado ya muchas veces que su peligro suele encajar más con esa zona de tres cuartos desde la que puede encontrar mejores llegadas a zona de remate de sus compañeros imprimiendo mucha potencia al pase.
Guille Bueno salvó el error percutiendo en ataque
La insistencia de Guille Bueno es heroica, pero lo es más reconocer, poco después de acabar un partido en el que se ha sido mejor, que el único gol rival que les da los tres puntos nace de un error en el que estás envuelto. Lo típico habría sido echar balones fuera, pero no. Y a esa virtud se le añade que, más allá de ese señalamiento en el gol de Pejiño en el catorce de la primera parte, su papel fuera muy positivo en el césped. El Valladolid tuvo mucha presencia en campo contrario y lo cierto es que tuvo en sus dos laterales gran parte de la influencia para llegar con sentido a campo rival (e incluso al área de Horkas).
El papel de Guille Bueno, desde la lesión de Garri (que le había quitado el puesto) argumenta que en las primeras jornadas fuera insustituible. Aporta por fuera, da opciones por dentro y sabe replicar importancia en ataque y en defensa. Físicamente responde con creces y, además, más allá de la falta de atención de los extremos, abre un interesante abanico de opciones para hacer aparecer el dos contra uno en banda. Es un jugador que, de manera clara, aumenta las opciones de los de Almada de vivir más tiempo en campo contrario que en el propio. Solo queda acertar.
Peter Federico lo intentó todo
A quien le sorprenda esta inclusión, que mire el partido de nuevo. El dominicano supo entender los ritmos de ataque de la primera mitad a la perfección, siendo uno de los jugadores que más vías de ataque abrió desde su banda, la derecha, para intentar percutir en el marcador. No lo logró, pero protagonizó algunas de las acciones más claras del Real Valladolid en ataque, siendo un fiel aliado de las subidas de Iván Alejo y sacando las mejores virtudes de futbolista vertical en banda y, a la vez, las mejores cualidades de su espíritu de mediapunta abierto.
Por dentro también asustó, aunque le falta claridad para asociarse y, sobre todo, colmillo para tratar de hacer daño en las llegadas a zona de finalización. Algo que, como sabemos, no es exclusivo de Peter. Un jugador que, aunque por el camino del ensayo error, está fortaleciendo su papel como futbolista importante en la creación de oportunidades y generación de desequilibrio desde su perfil con velocidad, regate y visión. Sin alardes, pero más que correcto.