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¿Por qué el Real Valladolid prioriza Zorrilla sobre la ‘nueva’ ciudad deportiva?

Solares dio la extremaunción al proyecto megalómano de Ronaldo y en Blanquivioletas analizamos los motivos

por Jesús Domínguez
19 de noviembre de 2025
en Primer equipo, Opinión
Valladolid, Zorrilla

Foto: Real Valladolid

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Gabriel Solares lo confirmó el lunes antes del homenaje del Real Valladolid a los abonados más veteranos del club: la ciudad deportiva, el proyecto megalómano de Ronaldo, ha muerto. En realidad, el copresidente recién arribado a Valladolid apenas vino a darle la extremaunción, pues, siguiendo con la macabra metáfora, dicho proyecto llevaba en ‘muerte cerebral’ desde que, en uno de sus delirio de grandeza, Ronaldo echó un pulso a Óscar Puente y tomó partido a favor de Jesús Julio Carnero antes de las últimas elecciones municipales, quedándose los documentos por firmar y durmiendo el sueño de los justos.

Ahora, “desde Ignite y desde el Real Valladolid” tienen “la prioridad de mejorar” el estadio, afirmó Solares, que profundizaba en que “la ciudad deportiva, como se conocía, ya no tiene nada que ver con la realidad de la institución, ni con la economía del club, ni con la del gobierno (Ayuntamiento)”. Así, hay situaciones que están por delante en la escala de prioridades, empezando por lo deportivo y terminando en el propio Zorrilla. Y tiene sentido, si uno piensa en el retorno que pueden tener y, efectivamente, en el estado de las arcas de la entidad.

¿Por qué el Real Valladolid pone el estadio por delante?

Cabe decir que el hecho de que el estadio José Zorrilla está obsoleto en algunas cuestiones es algo que no se le escapa a nadie, por más que, ahí sí, la anterior propiedad acertase en hacer algunas actuaciones (por otra parte, si no obligatorias, sí recomendadas por LaLiga). Entre ellas, además de la eliminación del foso, hubo varias mejoras en las tripas; tanto en las oficinas, como en el gimnasio que utiliza el primer equipo, como el comedor, en la zona de prensa… zonas donde la ganancia se puede considerar marginal, pero necesarias en un estadio y para un club del siglo XXI.

Zorrilla
Fondo Sur de Zorrilla | Foto: Real Valladolid

Con todo, quedan soluciones por adoptar para que, efectivamente, la casa del Real Valladolid y de su afición sea moderna y la experiencia del usuario pueda mejorar. Según apuntó Radio Marca Valladolid, el club trabaja a día de hoy en un proyecto que partiría del cerramiento del Fondo Sur de Zorrilla, una demanda histórica y que se adecúa con las pretensiones del actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valladolid, que, empezando por su alcalde, ha señalado en esa dirección en varias ocasiones como lo primero a acometer en el estadio.

Lo de ese Fondo Sur tiene todo el sentido, y no solo porque lo así lo crea Carnero: en el momento actual de afianzamiento (cuando no crecimiento) de la masa social del club, que pueda darse esta circunstancia, que ampliaría el aforo y permitiría un mayor margen para no cerrar listas de abonados o, en su defecto -o virtud- para poder vender más entradas de las que actualmente se ponen a disposición. Asimismo, poder reformar los palcos VIP, o incluso aumentar el número, puede llevar a unos mayores ingresos en el ticketing de los partidos.

De igual manera, es necesario seguir mejorando los accesos y encontrar una mayor utilidad a partes que hoy están infrautilizadas y que podrían mejorar bien la experiencia del usuario el día de partido o bien dar más vida al estadio, con otra serie de actividades que hagan que este ‘pertenezca más’ a la ciudad de lo que lo hace hoy, convirtiéndolo en un polo de atracción al margen de lo estrictamente futbolístico; obviamente, en la medida de lo posible y valorando esas realidades económicas de las que hablaba hace días Solares.

Valladolid, ciudad deportiva
El proyecto ‘muerto’ de ciudad deportiva | Foto: Real Valladolid

La ciudad deportiva sí interesa

De todo lo anterior, erróneamente, alguno puede deducir que la ciudad deportiva no interesa. Sí interesa y sí es interesante -dos premisas diferentes-, y quien dude no tiene más que darse una vuelta por otras de clubes de élite o pensar un segundo en la ‘Revolución de Los Anexos’ que, por obligación, por convicción o por ambas, el Real Valladolid acometió el pasado verano. Así, aunque es obvio que el Real Valladolid debe adecuar (como ya ha hecho) su ambición a sus posibilidades, parece a todas luces necesario ampliar sus capacidades.

Por citar varios ejemplos. La ciudad deportiva del Real Zaragoza tiene seis campos útiles para la cantera: tres de hierba natural y tres sintéticos, además de otros equipamientos. El Real Club Celta tiene cuatro en A Madroa y un quinto en Barreiro y va a tener cinco en Afouteza más un mini-estadio. Abegondo, la del Deportivo de La Coruña, va a irse hasta los once. Mareo, la del Real Sporting, cuenta con ocho. La Ciutat Esportiva Dani Jarque del RCD Espanyol tiene cinco también. Y mientras, la del Real Valladolid tiene tres y medio, contando con que el Promesas juega en el campo de hierba natural sus partidos.

Cabe recordar, el proyecto malogrado iba a contar con un presupuesto de quince millones y a elevar a siete los campos de juego, contando con un mini-estadio para 2.000 espectadores y con otras dotaciones como una nueva residencia y varios edificios administrativos. Demasiado, sí, para la actual situación del club, pero no sí se tiene en cuenta la comparación anterior o que, por raro que pueda parecer, estas instalaciones son o pueden ser un polo de atracción y crecimiento de las categorías inferiores y, por derivación, del primer equipo.

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