No es broma. Creo que la vuelta de Latasa es muy necesaria en el Real Valladolid. El equipo no remonta el vuelo y las sensaciones no son buenas en el área. Habiendo dejado mucho que desear el Pucela en estos primeros catorce partidos de la temporada, más alguno más sonrojante entre Copa del Rey y Trofeo Ciudad de Valladolid, la presencia de Juanmi Latasa puede ser más que vital para afianzar una idea que, sin él, se ha hecho inestable.
Latasa no solo es el máximo goleador del Pucela junto a Chuki y Amath, sino que es una de las figuras más relevantes para personificar el delantero centro referencia en este equipo. Solo o acompañado, es el que mejor representa esa figura de delantero que genere segundas jugadas y que pueda ganar duelos en ataque. Hasta ahora, ninguno de todos los probados (hasta ahora cuatro) han podido mejorar su influencia en ataque por muchos balones de cara a portería que haya fallado. Pero hay más motivos.
Los goles no engañan
Es innegable que Latasa no es un delantero matador. Ni siquiera ha tenido nunca números para poder alegar que alguien nos ha engañado. En apenas 929 minutos en LaLiga Hypermotion con el Valladolid, Latasa ha conseguido acercarse mucho a su mejor cifra goleadora en la élite. En Primera División, su mejor cifra son tres tantos, cosechada con el Pucela en la 24/25. Su siguiente mejor etapa es la del Getafe, donde consiguió dos goles en 1549 minutos en la 23/24 y uno en 434 en la 22/23. Números que no engañan y que muestran la realidad de lo que es Latasa como delantero centro anotador.
Sus mejores cifras llegaron en el Real Madrid Castilla, en un contexto de clara dominancia en Primera Federación en la 21/22, donde el jugador madrileño alcanzó las dos cifras y llegó a los 13 tantos. En ese Real Madrid Castilla y solo en ese contexto, con el filial merengue de Raúl (que quedó 10º en la tercera categoría del fútbol español con 66 goles a favor, el más alto de esa categoría), fue capaz Latasa de ser referencia goleadora, aunque ni siquiera fue máximo goleador del equipo, superado por Sergio Arribas, con 15 dianas.
Nadie mejora a Latasa
Y, a pesar de todo, tras su lesión, Latasa ha visto cómo nadie ha sido capaz de mejorar su versión de delantero referencia. Ni Marcos André, ni Jorge Delgado, ni Arnu, ni Mario Domínguez, este último con la disculpa lógica de ser juvenil y haber entrado, apenas, a probarse con los mayores.
El brasileño Marcos André, porque apenas ha anotado un gol con la camiseta blanquivioleta este año y sus partidos se cuentan por situaciones de quiero y no puedo. Sus virtudes, otrora diferenciales, se han despedido del atacante y, si como delantero móvil ya no suma nada, como referencia no sabe destacar.

En el caso de Jorge Delgado, hoy lesionado, hay que tener la paciencia lógica con un jugador que apenas ha tocado élite hasta este año. Sí, hizo goles con el Promesas y parecía poder ser un recurso interesante como delantero ratón, con movilidad, picardía y búsqueda del espacio, pero de momento solo muestra dudas, a pesar de haber igualado los tantos de Marcos André esta temporada.
Con Arnu, algo parecido, aunque con menos respuestas en cuanto a su imagen como delantero. Lo tiene todo para ser diferencial a nivel físico a pesar de su edad, pero le falta un punto de carácter cuya ausencia ya se veía en el Promesas. Un hándicap que no sabemos si superará en Valladolid o lejos de Zorrilla, en una posible cesión que ya parece un tema sobre la mesa.

Ninguno de los atacantes mejora la capacidad de Latasa de defender el balón, generar segundas jugadas y ganar duelos arriba. En el área le falta mucho en acierto y otro tanto de suerte, pero en cuanto a varios de los factores clave para un delantero referencia que juega en un equipo destinado a presionar durante 90 minutos, nadie le gana. Al menos hasta ahora.
La segunda pieza es clave
El partido contra el Estrela Amadora sí regaló algo. Y es que Almada vio a Meseguer lejos de la base, más cerca del área. ¿Generó algo llamativo? No. Pero es una pieza que puede servir en otro contexto y en otra exigencia. Viendo el partido, me reafirmo en mi idea previa de que a nadie le apetecía el Trofeo Ciudad de Valladolid, incluidos algunos jugadores. Y no les culpo. Lo que sí tengo claro es que este tipo de partidos de entrenamiento tienen un peso. A la hora de ver detalles (más allá de lo extraño que fue lo de Maroto), la de Meseguer añade un factor a la segunda pieza.

A los conocidos Chuki, Ponceau o Tenés, se añade un Meseguer al que la afición se ha desgañitado a la hora de pedir cerca del área. Algo que, cuando se ha dado, ha funcionado. De hecho, es una de las aportaciones de Pezzolano a la lectura de la temporada 23/24 del ascenso para darle un encaje dentro del equipo, sabiendo que el rol de Meseguer en la base estaba más que cojo.
Una opción más para acompañar a un punta que necesita darle sentido a su rol. Latasa es, claramente, la referencia más interesante y estable, pero encontrar acomodo táctico a esa segunda pieza es vital. Viendo los delanteros que hay en la plantilla, parece más útil que algún centrocampista ocupe ese rol para acompañar, al lado, alrededor o detrás, de un fijo, según mi criterio, como Latasa.
