La SD Huesca recibirá al Real Valladolid en un partido que tendrá a El Alcoraz como escenario perfecto para medir sensaciones. El equipo de Jon Pérez Bolo, que tomó los mandos a mediados de noviembre, se ha ido haciendo fuerte como local. En el corto periodo en el que el entrenador vasco está al mando de los oscenses, han conseguido imprimir una identidad, claramente reforzada, de equipo fuerte en casa.
Tras la llegada de Bolo, la estructura, a pesar de todo, ha cambiado poco. El 1-4-2-3-1 es habitual y la tendencia a mover piezas entre fases se ha convertido en una de las tendencias del equipo aragonés. Un enfoque equilibrado, con algo más de seguridad en fase defensiva y con la intención de hacerse fuerte en defensa que en el periodo anterior, cuando el Huesca estaba bajo el mando de un entrenador más ambicioso en el juego como Sergi Guilló.

El énfasis de Bolo en la solidez y la cobertura de posibles huecos en defensa están funcionando. “Voy a morir por estos jugadores”, comentaba Bolo en su presentación. Y lo cierto es que, de momento, parece que está consiguiendo que el equipo se acerque a dar confianza en cuanto a sus opciones de no sufrir esta temporada, aunque las garantías de poder luchar por algo más sean muy limitadas. En la actualidad, el Huesca ocupa la decimosexta plaza de la tabla de Segunda División, con 19 puntos en 16 jornadas.
La SD Huesca, línea por línea
La defensa no es la única capacidad notable de Bolo. La realidad es que esas porterías cero le vienen francamente bien, pero también esa intención clara del entrenador vasco en hacer presión en campo contrario y mantener esa presencia en la zona rival. Esa búsqueda de espacios cercanos a la portería del adversario les hace multiplicar sus opciones de cara a gol y potenciar su juego. Aún con mucho que mejorar con balón, generando mejores situaciones que permitan el efecto sorpresa, el equipo oscense tiene ciertas virtudes línea por línea aptas para defender sus objetivos.

En la portería, el dueño es Dani Jiménez, portero experimentado de 35 años que ha tenido presencia en casi todos los encuentros del equipo aragonés. Esa realidad, unida a su liderazgo y trayectoria, le dota de una importancia clave para dar seguridad a una defensa claramente más joven y que necesita ese punto de guía. Una pieza clave para Guilló y para Bolo que, por el momento, parece tener segura su plaza como titular indiscutible.
En la defensa, dos piezas muy jóvenes como Ro Abajas y Álvaro Carrillo han tenido presencia en el equipo de Bolo, alternando con un líder como Jorge Pulido, el defensa con mayor experiencia del equipo, e Íñigo Piña, otro de los baluartes clave de la defensa del Huesca. Ambos líderes en la zaga y, en el caso del primero, con capacidad para ser referencia defensiva e incluso para potenciar ese perfil de central de salida para ser un seguro con balón. En las bandas defensivas, Julio Alonso y Toni Abad forman un conjunto interesante para potenciar esa salida por banda.

En el centro del campo, destaca con claridad Óscar Sielva , una pieza fundamental para la medular. El jugador ha participado en casi todos los partidos y ha tenido un papel fundamental. Dos goles y dos asistencias con las que poder ser considerado un jugador clave para la idea de Bolo, como lo era para la de Guilló.
Además, es importante tener en cuenta a Francisco Portillo, ex de Getafe, entre otros, que a sus 35 años ha conseguido ser uno de los pilares ofensivos del equipo aragonés. Un jugador especial para la conducción de balón y para la generación de jugadas clave en ataque. El propio Iker Kortajarena, guipuzcoano de 25 años, ha logrado ser parte clave del equipo en producción ofensiva y en estadísticas. La realidad es que es el jugador más llamativo en zona de tres cuartos, pudiendo ser segundo punta o pieza móvil para encontrar huecos en profundidad o darle opciones a las bandas.

En la delantera, parece importante el papel de jugadores como Dani Ojeda, Samuel Ntamack o el veterano Sergi Enrich, que pueden ser piezas destacadas en esa zona ofensiva dependiendo del plan de partido y la intención de atacar campo contrario por diversas zonas. Por el mismo motivo, es importante destacar a Enol Rodríguez, futbolista de 24 años que en los partidos jugados ha demostrado ser el jugador más destacado en el apartado estadístico, siendo el máximo goleador en el Huesca, con 3 goles marcados en 13 partidos.
¿Cómo le puede hacer daño el Huesca al Real Valladolid?
Si el Huesca es capaz de cerrar su portería, tiene mucho ganado frente a un Valladolid que se proyecta de manera continua en la búsqueda del gol. La transición de los locales puede ser interesante en el caso de buscar zonas donde hacer daño al equipo pucelano. Es por eso que a los de Almada les urge de manera clara mejorar su faceta goleadora.

El camino a traducir las oportunidades en gol es el único que puede mejorar las sensaciones del equipo vallisoletano ante un Huesca que sabe cómo protegerse. Esa situación permite a los de Bolo discutir el mando en un partido en el que el balón puede no ser tan importante para ellos y sí ese ida y vuelta en el que tener su oportunidad.
