La SD Huesca empieza a caminar erguida con Jon Pérez Bolo, entrenador con el que ha ganado tres de los cuatro últimos partidos, incluido el de Copa del Rey. Óscar Sielva ha pasado en los tres duelos que ha dirigido en LaLiga Hypermotion el técnico vasco de rotar a ser titularísimo, pues ha disputado los 270 minutos disponibles, una cara señal de que, por más que haya pasado el tiempo, Bolo sigue confiando en él. No en vano, el entrenador y el mediocentro son dos viejos conocidos, puesto que coincidieron años atrás en la SD Ponferradina, donde ya vivieron días felices.
En El Bierzo, Sielva jugó cien partidos, ni uno más ni uno menos, a las órdenes de ahora quien vuelve a ser su técnico, en los que acumuló cerca de 10.000 minutos. Poco o nada importa para ambos que hayan pasado más de cuatro años, puesto que para Bolo el catalán es su comandante en jefe, a quien convirtió en su día en uno de los mejores futbolistas de la Segunda División, con esa mágica temporada 2020/21 en la que llegó a hacer diez goles; en buena medida, gracias a su especialidad, que no es otra que las acciones a balón parado.

Sielva y la pelota detenida
Tanto es así que de los doce tantos que ha marcado como futbolista del Huesca, Óscar Sielva ha marcado once, todos menos uno, en pelota quieta. Desde que recaló en el cuadro azulgrana, procedente del Eibar, solamente ha fallado uno de los nueve penaltis que ha ejecutado, y a ellos les ha añadido otros tres tantos más en faltas, en las que muestra una gran maestría no solo con el golpeo directo y exterior, sino también a la hora de servir tanto los saques de esquina como las faltas laterales. Quizás a Guilló le costó verlo, pues con él jugaba menos… pero es mucho más que un mero recurso en estas jugadas.
Con Jon Pérez Bolo, la SD Huesca ha vuelto a la casilla de salida; ha renunciado a una idea más propositiva en pos de recuperar la solidez defensiva. Dentro del 1-4-4-2 que expone el que fuera entrenador de Ponferradina y Burgos, buen conocido, por tanto, de la comunidad, Sielva puede jugar un papel fundamental junto a Jesús Álvarez, quien le está acompañando en estas primeras jornadas en el doble pivote, ya que, a sus 34 años -sobre todo; ya lo era antes- es un futbolista que compacta bien esas dos líneas de cuatro y que conoce bien su idea.
