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Guillermo Almada y el Milan de Sacchi

La referencia del entrenador al histórico equipo italiano distrae de la necesaria autocrítica y de una mejoría que ha de empezar en él

por Jesús Domínguez
14 de diciembre de 2025
en Opinión, Primer equipo
Almada

Almada, ante el Andorra | Foto: Real Valladolid

El Pucela desespera a Zorrilla

“Creo a muerte en estos futbolistas”

“Lo hemos hecho muy mal”

Incluso cuando uno lleva más de cuarenta años en el mundo del fútbol, como lleva Guillermo Almada, escuchar a coro una petición de que te vayas a tu casa no tiene que ser fácil. El entrenador escuchó por primera vez en la temporada un “Almada, vete ya” que confirmaba un hastío para con el Real Valladolid del que hablaban ya las cifras de asistencia, pues Zorrilla no ha alcanzado los 15.000 asistentes en los cuatro últimos partidos, hecho que implica un absentismo de un porcentaje de abonados demasiado alto (más de 7.000). Uno que el Milan de Sacchi no habría cosechado…

El entrenador uruguayo se refirió al mítico equipo italiano que brilló, por disruptivo y por palmarés, entre los 80 y 90 del pasado siglo. Y tiene razón: su Real Valladolid no juega como aquel. Sin embargo, hay en sus palabras un desafío que le involucra menos de lo que debería, que es el de conseguir que, sin convertirse en mito, su equipo suene más afinado. Parece sencillo, y puede que en LaLiga Hypermotion no lo sea. Pero, desde luego, en el debe de Almada está el ir más allá del “estos son los jugadores que tenemos” que pronunció este sábado, por más que apostillara que tienen “buenas condiciones” y que cree en ellos.

Valladolid
Piña del Real Valladolid en el partido ante el Andorra

El argumento de la juventud no lo aguanta todo

Más de una vez Guillermo Almada se ha referido a la juventud para naturalizar el desarrollo de la temporada, una suerte de proceso formativo como la del universitario que cursa un máster para completar la suya. Tiene sentido si se valora que el Real Valladolid cuenta con la tercera plantilla más joven de la categoría, solo por delante de Real Sociedad B y Mirandés (aunque cerca de Andorra y Real Racing Club), y lo tiene más aún si se tiene en cuenta la exigencia a la que está sometida la entidad, que por historia está llamada a pelear por volver a subir a Primera División.

Sin embargo, no es este argumento el pan Semilla de Oro, que lo aguanta todo. Primero, porque hay hasta seis equipos que han alineado onces más jóvenes que el más prematuro del Pucela en lo que va de curso. Y segundo, porque quedarse en ese detalle es un autoboicot a las pretensiones proclamadas por la nueva copresidencia y por la dirección deportiva. ¿No es esta, acaso, la plantilla con la que el Real Valladolid quiere tratar de ascender? Algo (más) tendrán esos jóvenes si conforman un plantel al que han querido colocar en esa pelea. Y si no está en ella, algo tendrá que ver el entrenador…

Biuk
Stipe Biuk lamenta una ocasión fallada | Foto: LaLiga

Almada y la responsabilidad compartida

Que Guillermo Almada es una persona honesta se sostiene sobre su premisa de que si él es el problema, que le hagan la cuenta y se va. No obstante, incluso la honestidad es simplista si no se profundiza en la autocrítica o en un análisis más profundo que el “si no me quieren, me voy” que esconden las palabras del entrenador, tanto esas como otras como que no es él quien define las ocasiones que el equipo genera. Cuando -como repitió en Portugalete- “falta fútbol”, algo tendrá que ver. Cuando hace “un segundo tiempo espantoso”, también. E igual cuando lo que falla es la definición.

Por muy cierto que sea que hay condiciones que se tienen o no se tienen, y el gol -su repetición- es una de ellas, hay situaciones en las que Almada puede ayudar más a sus futbolistas. Porque en ocasiones falta fútbol (juego de toque) porque prioriza otras condiciones (la presión, el fondo físico y la disputa). Porque hay veces que yerra en la lectura (como con los cambios contra el Andorra, y no pasa nada). O porque insiste en una idea que puede haberle resultado en otros lados, pero aquí despierta recelo, como es no buscar -o encontrar- alternativas a esos problemas de gol en una generación de conductas distintas para llegar a él.

Almada
Foto: LaLiga

El Milan de Sacchi no solo corría y centraba

No se puede denostar ni desdeñar el trabajo realizado, en cuanto a volumen, desde el primer día que Guillermo Almada pisó Valladolid. Es tenaz y ambicioso y la cultura de esfuerzo que ha impuesto son dignas de elogio (más aún, viniendo de donde el Pucela venía). Sin embargo, para aspirar a ser el Milan de Sacchi hay que saber -y él lo sabrá más que quien escribe esto, que no había nacido cuando fue alumbrado- que no solo corrían y centraban. Igual que el Real Valladolid tiene potencial para, con las deficiencias que pueda tener la plantilla, y sin variar su estilo, mejorar ciertos aspectos.

Es una evidencia que Víctor Orta tiene mucho trabajo en el mercado que viene, tanto en cuanto a salidas como en lo que concierte a las entradas, pues quedaron operaciones pendientes en el anterior. Pero incluso si -como parece- económicamente no hay demasiadas opciones si no salen Javi Sánchez o Marcos André (por encima del resto), las prestaciones del equipo pueden -y deben- mejorar… empezando por el propio Almada, que dejó en simple anécdota e hizo de menos la mejoría en el juego experimentada en El Alcoraz para volver a caer en los mismos vicios contra el Andorra (como planificar el partido sin pensar en el rival).

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