Real Valladolid y Córdoba dejan la semifinal por el ascenso abierta en un encuentro en el que ambos marraron ocasiones y en el que los blanquivioletas dejaron evidentes signos de fatiga en el tramo final.
Real Valladolid y Córdoba Club de Fútbol firmaron un empate a cero en el Nuevo Arcángel que deja la semifinal por el ascenso a la primera división abierta, pendiente de resolución en el Nuevo José Zorrilla, después de que ambos contendientes marrasen ocasiones suficientes como para no dejar sin luz el electrónico.
Empezaron más enchufados los locales, con una intensidad que bien pudo ponerles por delante en el marcador, pero Jaime y su propio desacierto se encargaron de desbaratar las opciones iniciales de los hombres de Paco Jémez, especialmente una de Borja García enviada a córner por el meta manchego.
El Córdoba no renunciaba a trenzar jugada, pero trataba de dar prioridad a su juego vertical en busca de Pepe Díaz y de un Charles desaparecido, así como de estirar el terreno hacia los costados con López Silva, Caballero o las galopadas de Dubarbier; sin excesivo éxito.
Con el paso de los minutos el Real Valladolid comenzó a serenarse y desperezarse, aunque sin terminar de jugar con la comodidad con que le habría gustado. Así, Nauzet y Javi Guerra se asomaban tímidamente al balcón del área mientras el mediocampo y Óscar intentaban hacer su habitual juego de trileros.
Fruto de esta mejora fueron sendas ocasiones de Guerra, una de ellas tras la mejor jugada combinativa de todo el encuentro y en la otra por el peligro que entrañaba un balón a la zona donde Nauzet la sirvió y el ‘nueve’ no acertó a rematar, después de notar el contacto del zaguero que le perseguía.
Antes del tiempo de asueto, el extremo canario gozaría de quizá la mejor ocasión del encuentro para los blanquivioletas, pero no fue capaz de sorprender como pretendió a Alberto al realizar el envío de vaselina. La oportunidad cordobesista más franca, por su parte, llegó ya en el segundo periodo, después de que Borja filtrase un balón para que Pepe Díaz, solo, topase con Jaime.
El serio aviso llevaba la marca del miedo, el que imprimía el Córdoba al salir de nuevo tenso, ávido de sangre, y el que invadió el antiguo Califato cuando Sisi cedió el balón robado por Óscar a Ximo Navarro a Javi Guerra, que envió al lateral de la red por fuera, pero de tal modo que pareció colarse en la meta de Alberto.
El pequeño ratón hiperactivo fue el primero en dar señales de fatiga al sentir en sus gemelos unos calambres que obligaron a Miroslav Djukic a retirarlo del campo, como a Jaime, quien sintió un pinchazo en la ingle una nueva aparición en ataque del Córdoba, en este caso bloqueada por Marc Valiente en un brillante tackle.
Ambas lesiones cortaron el ritmo del partido y frenaron las apariciones ofensivas del Real Valladolid, que apenas disfrutó de una oportunidad más tras una jugada de estrategia lanzada por Nauzet y desde entonces se limitó a ver como los hombres de Paco Jémez trataban de hacer valer su condición de locales, aunque Charles y Pepe Díaz no concretaron frente a Dani Hernández.