El delantero angoleño y el mediapunta madrileño se suman a la lista de descartes en la que hasta el momento se encontraban Razak, Jorge Alonso, Marquitos y Quique. Djukic estuvo ausente en la primera sesión, dirigida por Ray.
Que Jorge Alonso y Marquitos no iban a saltar a Los Anexos con el grupo era un secreto a voces. También que a Quique y Razak no se les tiene casi en cuenta ni como descartes. Por eso ninguno de los trescientos aficionados que se acercaron a Zorrilla para presenciar la primera sesión de la temporada del Real Valladolid se musitó al no verlos con el grupo. Caso distinto es el de Alberto Bueno y Manucho, jugadores con los que el club aparentemente contaba, cuya situación ha cambiado de la noche a la mañana.
Ni el delantero angoleño ni el mediapunta madrileño pasaron calor junto al resto de sus todavía compañeros, después de que Miroslav Djukic les comunicase a mediodía que debían buscarse acomodo en otro club. Parecía cantado lo de Manucho, toda vez que Alberto Marcos había reconocido previamente que era un activo prescindible; menos lo de Alberto Bueno.
Después de que hace varias semanas El Día de Valladolid publicase la intención del Real Valladolid de desprenderse de él, voces autorizadas de la entidad blanquivioleta habían desmentido la mayor hasta el día de hoy, en que la noticia que alguien quiso convertir en rumor infundado cogió peso.
Poco queda por decir de Manucho, después de que estuviese ya apartado la temporada pasada hasta que obtuvo de Djukic un perdón que, con su repetido descarte, da la sensación de no haber sido más que un permiso de reo. Marquitos, por su parte, convenció en el pasado ‘stage’ de Mondariz a propios en la misma medida en que luego decepcionó.
En aquella misma concentración Bueno mostró tanto fútbol como para hacerse con un hueco, negado desde entonces a Jorge Alonso y -sobre todo- a Razak. Ahora, después de varios desencuentros con Miroslav Djukic por su escasez de minutos en determinados momentos del pasado curso le han vuelto a colocar en la rampa de salida.
Su fila en el ‘pit lane’ probablemente sea la más retrasada, y a la vez, por su salario, en la que más exigencias hay de apretar el acelerador. Por delante han de ir Quique, después de su fracasada cesión en Logroño, y los otros tres descartes ya conocidos; pero tanto Manucho como él (a pesar de la reducción obrada el año pasado) han de liberar una cantidad nada despreciable de dinero con la que acometer los refuerzos que faltan por llegar.
Los dos primeros, Rukavina y Sastre, se ejercitaron ya esta tarde a las órdenes de Ray, después de que Djukic se ausentase por motivos personales. No estuvo Neira, que se presenta mañana, pero sí les acompañaron los canteranos Rodri, Pesca y Lolo, teóricos jugadores del filial, Javi Navas, con contrato de primer equipo y que debe ganarse un puesto, y Víctor Mongil.
El central aparecía en la relación de jugadores del Promesas que iban a ejercitarse en el campo anexo, pero finalmente saltó al césped natural en lugar de al sintético en el que sí estuvieron a las órdenes de Torres Gómez Villanueva y Tekio, los otros dos jugadores -junto al de Laguna- a los que el club pretende ceder.
Tebas, en Zorrilla
El ajetreo de las oficinas del club en la primera jornada de entrenamientos no acaba en los descartes y en el fichaje de Neira, ya que Javier Tebas, abogado encargado de supervisar el proceso concursal del Real Valladolid, estuvo reunido esta tarde con Carlos Suárez, hecho que sin ser extraño, provocó intranquilidad y curiosidad en todos (no pocos) los que lo reconocieron.