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Los héroes impagados

por Sara Jorge
28 de septiembre de 2012
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Hace algo más de un año, el Rayo Vallecano logró la hazaña del ascenso a Primera División a pesar de pasarse la temporada sin cobrar.

 

Ruiz MateosNadie en este mundo trabaja gratis. Da igual la profesión y el cargo que se ostente. Pero por todos es sabido que lo cierto es que los tiempos que corren no son buenos, y las dificultades económicas están por todos los lados. Eso bien lo saben los jugadores del Rayo Vallecano, quienes en el año en que devolvieron al equipo a la élite, estuvieron mucho tiempo sin ver un duro. Hoy, de hecho, a algún que otro jugador aún le deben dinero de aquella campaña.

La situación rayista en la etapa Ruiz-Mateos fue insostenible. Por aquel entonces, el conjunto de Vallecas era una empresa más de la decadente y deprimente Nueva Rumasa. Esta pésima situación hizo que jugadores -primer equipo, categorías inferiores y equipo femenino-, cuerpo técnico y demás empleados estuvieran sin cobrar más de un año. Esta situación fue denunciada públicamente por los jugadores, pero la familia Ruiz-Mateos hizo oídos sordos en un pueril intento de ocultar el problema.

El conjunto franjirrojo no es el único que padece está situación. Pero cabe destacarlos por la piña que hicieron y las decisiones, deportivas, unánimes que tomaron. En marzo de 2011, cuando el Rayo era líder de la Segunda División, amenazó con ir a huelga. Las malas decisiones económicas y las constantes mentiras de los máximos accionistas hicieron que se adoptara esa medida, como forma de protesta. Además, tanto los jugadores como los trabajadores del club se sentían solos y abandonados ante el mutismo de los máximos dirigentes.

Ante esta situación el capitán vallecano hasta la pasada temporada, Michel, dejó entrever ante los medios de comunicación la posibilidad de no presentarse a jugar el próximo partido de Liga ante el Real Valladolid. Según el veterano jugador, llevaban “cerca de un año sin cobrar. En la última reunión en Somosaguas se dijo que se estudiarían soluciones para la plantilla en tema de ventas para poder ir pagando. A día de hoy no hemos visto ni un euro. La plantilla cree que en algo nos están engañando”.

Al final de todo, la sangre no llegó al río y los jugadores decidieron jugar ese partido por respeto a su afición. Esa que no les ha dejado solos en ningún momento. A pesar de todos los problemas que tuvo el Rayo de esa temporada, consiguió el ascenso a la máxima categoría del futbol español.

A pesar del ascenso y del cambio de propietario. Después de Ruiz Mateos llegó Martín Presa. No obstante, la situación no varió demasiado, ya que el conjunto vallecano entró  con el nuevo accionariado en concurso de acreedores.

Con todos los contratiempos habidos y por haber, los jugadores del Rayo Vallecano nunca tiraron la toalla. Una vez lograda la hazaña del ascenso, siguieron trabajando para preparar su vuelta a la categoría reina del futbol español.

La lucha de los jugadores, cuerpo técnico y empleados del Rayo ha ido más allá de lo deportivo. El equipo obrero del futbol español se ha solidarizado con millones de personas al secundar la huelga general del pasado veintinueve de marzo. Un pequeño guiño al barrio y a la afición de Vallecas. Personas trabajadoras, que al igual que los jugadores, no han dado la espalda en ningún momento a su equipo.

Un gesto solidario que les honra. Fue el único equipo de Primera que lo hizo. Los jugadores y demás trabajadores del club han sufrido en su propia piel una situación similar, hace no mucho; de ahí su decisión.

Como en decisiones anteriores, fue unánime y respaldada por todos los miembros de la plantilla. La medida revolucionó Twitter, pero, como dijo el portero Joel Robles en rueda de prensa ,”la gente lo tiene claro y lo que hacemos es lo correcto y todos lo aceptamos”.

Es el Rayo un equipo humilde que se ha ganado el respeto de todos dentro y fuera del verde; que a pesar de todo –mentiras, largas esperas, infamias por parte de los dirigentes y un largo etcétera- nunca se ha dado por vencido. Ha sabido salir adelante y lograr sus metas de la mejor manera. Luchando unidos y no haciendo la guerra cada uno por su lado, como por desgracia en ocasiones pasa en este mundillo.

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