El conjunto blanquiazul regresa después de 42 años a la categoría de plata, y lo hace con mucha humildad ya que competirá con una plantilla que, en su mayoría, estaba configurada para Segunda División “B” el año pasado.
Solamente han llegado ocho caras nuevas, y, de ellas, unicamente Miki, medio centro procedente del Nástic, viene de jugar el año pasado en Segunda División. El resto de las altas del Alcoyano son el lateral zurdo Morcillo, del Alavés; el centrocampista polivante Cañadas, del Murcia; el interior zurdo Guille Roldán, del Melilla; el media punta Roberto Batres, del Atletico de Madrid B; el centrocampista Omar, del Levante B; el delantero hondureño, cedido por el Valencia, Choco Lozano; y Rafa Gómez, que estaba sin equipo y que vuelve al Alcoyano tras haber estado entrenándose con el Depor después de rescindir en diciembre con el Elche.
Con este panorama, el Alcoyano tratará de afrontar el lucha por la permanencia haciendo uso de la frase célebre que hace honor a su nombre.