Análisis del próximo rival del Real Valladolid.
Cuando hay un animal herido, es el momento de aprovecharse de su debilidad. A cualquier cazador le parecería una ofensa semejante pensamiento, pensando que la gracia consiste en abatir al animal en pleno uso de sus capacidades físicas, pero en fútbol no hay nimiedades que valgan. Un Espanyol herido llega este sábado a Zorrilla, y es hora de que el Real Valladolid lo cace en la que podría ser su segunda victoria seguida en Liga.
En caída libre
Y es que el equipo de Mauricio Pochettino llega en horas bajas en su visita a la capital del Pisuerga. El Espanyol es el único equipo de Primera División que todavía no conoce la victoria en los seis partidos disputados en el presente campeonato. Por si fuera poco, el mejor logro de los pericos es un empate a tres goles en la cuarta jornada ante el Athletic, en un encuentro en el que llegaron a ponerse 2-0 y desperdiciaron un resultado de 3-2 con un gol de Longo en el minuto ochenta. Dicho empate y cinco derrotas es el pobre bagaje de los de Pochettino.
A pesar de su negativa situación, no es en la faceta ofensiva en la que falla el Espanyol, que lleva siete goles en seis partidos. Es de lo poco en lo que mantiene unas estadísticas aceptables. Como no podía ser de otra forma, doce tantos encajados hacen inservibles unos buenos números en la delantera. Ni un solo partido ha terminado Cristian Álvarez sin recoger al menos una vez el balón de su portería.
De esta manera los de Pochettino empiezan a observar, desde la última posición de la tabla, cómo la salvación empieza a coger distancia, encontrándose a cuatro puntos del Granada, primer equipo fuera de la zona caliente.
Lejos de Cornellà-El Prat, los números del equipo blanquiazul son muy parecidos a los de casa. Si son siete los goles marcados en los seis partidos de Liga, tres han sido fuera de casa, mientras que si se han encajado doce tantos, la mitad, seis, han sido a la hora de coger el autobús lejos de Barcelona.
Dudas y más dudas
Pero no acaban los males del Espanyol ahí. Pochettino no termina de encontrar el sistema ni el once adecuado y el equipo, al igual que la afición, empieza a presentar dudas. Después del 4-2-3-1 usado la temporada pasada con Álvaro Vázquez arriba, el argentino lo ha intentado en varias ocasiones con el clásico 4-4-2 formando Simão y Longo en ataque.
Pero nada. Luego vuelve a intentarlo con el primer sistema… Tampoco. Pochettino se tira de los pelos mientras intenta resolver el puzle. Se ha llegado a decir que el partido del sábado podría tratarse de un ultimátum para él.
Otro punto más del que peca este Espanyol es de una gran irregularidad. Muestra de ello es su último partido, en casa ante el Atlético de Madrid. Tras una primera parte desastrosa, en la que Raúl García consiguió adelantar al equipo colchonero, el conjunto perico despertó en la segunda mitad. Fue inútil. Los catalanes quizá merecieron más, pero el encuentro terminó 0-1. La mentalidad y la ‘testiculina’ sobre el campo es otro elemento que deben mejorar.
El Pucela, en fase ascendente tras la paliza al Rayo Vallecano el pasado domingo, debe saber cómo jugar con un Espanyol potencialmente débil en el plano psicológico.
Afición preocupada
Por supuesto, la afición no se queda de brazos cruzados ante lo que consideran un posible descenso a Segunda. El comienzo de temporada es, a ojos vista, mucho peor de lo que cualquier seguidor del Espanyol, por mal que pintasen las cosas, podría esperar.
Los fichajes todavía tienen mucho por rendir y no terminan de convencer. Sin ir más lejos, el respetable ya hizo saber a la directiva que no están tranquilos por medio de los típicos abucheos y silbidos a los jugadores ante el Atlético de Madrid. El equipo es muy irregular, y eso puede acabar con el conjunto sufriendo a final de temporada.
Pese a ello, el equipo blanquiazul cuenta con varios jugadores a los que Djukic tendrá que atar en corto si no quiere llevarse un susto. Simao Sabrosa es perfectamente conocido en la Liga española tras su paso por el Atlético, Verdú sigue dando guerra en su cuarta temporada como perico y Colotto, Capdevila y Stuani son otras incorporaciones de renombre que aún están por demostrar de lo que son capaces.
Pochettino podrá volver a contar con Wakaso, una vez cumplida su sanción tras ser expulsado por doble amarilla en la quinta jornada ante el Betis.
Curiosidad del rival de esta jornada: A los aficionados del R.C.D. Español se les llama ‘pericos’ no porque su indumentaria blanquiazul recuerde los colores del plumaje de estos simpáticos pájaros, aunque en la actualidad la mascota del equipo sea dicha ave. Cuentan que en los años treinta había un personaje de dibujos muy popular, el Gato Perico, y que los eternos rivales del Español, los culés, se burlaban de la poca parroquia que acudía al estadio de Sarriá diciendo que “eran cuatro gatos”.
De esta manera se forjó la asociación de ideas, convirtiendo a los españolistas en “cuatro gatos pericos”. Los seguidores blanquiazules, convirtiendo la burla en gala, la adoptaron como suya y la simplificaron a ‘pericos’.
