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Esos que nos hacen daño

por Jesús A. Zalama
1 de noviembre de 2012

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Jesús A. Zalama habla de los jugadores que, a su juicio, más peligro han creado al Real Valladolid hasta la fecha.

 

Gol Griezmann1Tras el partido disputado el lunes contra la Real Sociedad, hay muchas conclusiones que pueden salir a la luz, y yo he profundizado sobre una que ya anteriormente había barruntado. Puede parecer oportunista lo que más adelante voy a desarrollar, pero estoy seguro de que nadie pondrá en tela de juicio lo siguiente:

El Real Valladolid tiene un grave problema al defender a los hombres de tres cuartos de campo de los equipos rivales, sobre todo con los que, aun siendo intermitentes, destacan por su enorme calidad.

Antoine Griezmann, Isco, Verdú e incluso me atrevería a decir que Chori Domínguez nos han vuelto locos por momentos.

Este último aguantó su vela en el vendaval de fútbol que pudimos presenciar hace ya unas jornadas en Zorrilla. No solo marcó el gol que nos hizo temer el peor desenlace antes de la más dulce de las tardes, sino que fue lo único destacado de un equipo que se deshizo en el campo ante un imponente Real Valladolid.

Pero, sin duda, quien abrió la veda para los mediapuntas ante el Real Valladolid fue Joan Verdú. El catalán fue uno de los principales pesos para poder decir que los pucelanos ese día no estuvieron finos. El barcelonés campó a sus anchas por los tres cuartos del ataque periquito. Distribuyó la bola como quiso, supo imprimir ritmo cuando quiso y habilitar a sus compañeros cuando le vino en gana. En definitiva, dominó el partido cuando su equipo controló la bola, y al igual que el resto de protagonistas de este artículo, nos hizo gol, en este caso desde los once metros.

El siguiente crack que nos infringió un gran daño fue Isco, en el partido que el Real Valladolid disputó en La Rosaleda. Ese día vi a un futuro Balón de Oro, y pasado un tiempo no he cambiado de parecer, pero tras ver los hechos más recientemente acaecidos, me pregunto si supimos defenderlo. Si tuvimos la capacidad de hacerlo, nosotros no lo desempeñamos.

Con el balón totalmente pegado al pie, hizo lo que quiso con nuestra débil medular de aquel día, y estuvo en todo momento por encima de la defensa. Abrió el campo, y cuando no pudo, el mismo se situó en banda, siempre con el balón cosido a sus botas. Probablemente si él no hubiera estado, Joaquín tampoco hubiera sido el que fue. No sólo destacó siendo el mejor, sino que hizo a sus compañeros mejores por momentos, además de como es habitual, marcarnos, esta vez desde una posición un poco más alejada que el punto de penalti.

El último excelso de calidad que nos ha vuelto locos ha sido Antoine Griezmann. El francés supo encontrar los numerosos puntos débiles del equipo blanquivioleta. Sólo un desplome físico pudo con él, ya que nuestra defensa no lo hizo en ningún momento. Si nadie se encargó personalmente de los demás protagonistas de estas líneas, no iba a ser diferente con Griezmann, por más que nos avisara de su calidad.

No sólo marcó dos goles, sino que además estrelló un balón en el larguero que bien pudo ser otro buen chicharro. Además me confirmó la enfermedad que padece el Real Valladolid con este tipo de jugadores, que parece ser ya crónica. Esperemos que Djukic pueda trabajar más la defensa en esa zona del campo, sobre ese tipo de jugadores, porque de continuar así, o de no poder controlar estas situaciones, seguiremos sufriendo el azote de estos auténticos peloteros.

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