Jordi Figueras habla para Blanquivioletas sobre el partido que enfrenta este domingo a Rayo y Valladolid y de su etapa como jugador pucelano.

Jordi Figueras Montel (Lérida, dieciséis de mayo de 1987) llegó a la Avenida del Mundial ’82 en una época complicada. El Real Valladolid acababa de descender a Segunda División en la temporada 2009/10 y el objetivo no era otro que volver cuanto antes a la Liga de las Estrellas. El resultado es de sobra conocido: hecatombe en Elche y otro año en el infierno.
Comenzó entonces para él una nueva vida en Vallecas, bastante corta, ya que el Brujas belga puso sus ojos en él el mes de enero. Un año después, y con un subcampeonato de Liga bajo el brazo, Jordi ha vuelto a Vallecas en este mercado invernal con el propósito de ayudar al Rayo a alcanzar puestos europeos en la presente temporada.
Pero antes tendrá que enfrentarse este domingo a su pasado, momento en el que el equipo franjirojo y el Valladolid se verán las caras.
Pregunta: ¿Qué supone para ti el partido frente al Real Valladolid?
Respuesta: Se trata de un partido especial, es un club donde estuve solo un año, pero fue muy intenso. El vestuario que me encontré allí fue increíble y sigo teniendo contacto con muchísimos jugadores de allí, con el utilero, con Paco Santamaría, con Mario, el jefe de prensa… Siempre que voy los veo. Es un club que me ha aportado mucho y me sirvió para crecer como futbolista y hacer grandes amistades, que fueron muchas.
P: ¿Y deportivamente?
R: Somos dos equipos que queremos tener el balón, tenemos un mismo estilo de juego. Va a estar disputado, eso seguro. El Valladolid no está en un buen momento y nosotros estamos bien a nivel de juego, a nivel mental. En casa estamos sacando los partidos y eso es importante.
P: ¿Cuáles crees que son los puntos fuertes de este Valladolid?
R: Ha demostrado que tiene mucha posesión de balón durante los partidos y eso significa que hay que hacer una presión muy fuerte para quitársela. Es una de las virtudes del Valladolid. También tiene jugadores muy desequilibrantes arriba como Omar, Ebert antes de lesionarse, Óscar u otro jugador que para mí es fundamental como Javi Guerra.
Este año se le ha criticado bastante, algo que creo injusto con todo lo que ha hecho por el equipo. Es un jugador muy interesante y con unas cualidades tremendas, ya lo demostró con casi cincuenta goles en dos años en Segunda División. El Valladolid tiene grandes individualidades y ese es uno de sus peligros, los nombres y lo bien que administra el balón.

P: También conoces bien a los de atrás, Jesús Rueda y Marc Valiente…
R: Las lesiones que han tenido han hecho que hayan alternado con Sereno, otro gran jugador. De Marc diré, y no solo porque tenga una gran amistad con él, que es un fuera de serie.
Este año lo está demostrando en Primera y antes en Segunda. Tiene una gran salida de balón y defensivamente va muy sobrado.
Jesús se adaptó muy bien al cambio que le propuso Djukic de centrocampista a central y quedó claro que el cerrojo que formaron él y Marc es muy importante porque juntos encajan muy pocos goles.
P: ¿Con qué otras personas de Valladolid sigues manteniendo el contacto?
R: Aparte de con Valiente y Javi Guerra, también con Sisi, Pedro López, Justo Villar… Aunque ya no estén allí. El fútbol además de ser un trabajo que a todos nos encanta es algo maravilloso por la posibilidad de hacer estas amistades que sabes que van a durar para toda la vida. Es imposible llevarse tan bien con todos los componentes de una plantilla, pero en cada lado hay dos o tres amistades que guardas siempre.
P: El Rayo se encuentra a diecisiete puntos del descenso. ¿Qué le hace tan competitivo?
R: Primero, un entrenador que sabe muy bien lo que quiere y que desde el principio lo tiene muy claro. Su forma de trabajar y de ver el fútbol es una garantía de éxito; así nos lo está haciendo ver. Yo he llegado este mercado de invierno, pero el resto de compañeros me han dicho que es así desde el principio. El míster quiere que seamos un equipo valiente y competitivo a la hora de defender, hacerlo con superioridad numérica, y esa es una de las claves del éxito.
Si hacemos una buena presión, algo que también solemos hacer, es más fácil tener ocasiones y hacer gol, simplemente es lo que nos inculca el míster.
P: ¿Ves similitudes entre Djukic y Jémez?
R: No puedo hablar de Djukic porque no lo conozco como entrenador, pero en lo personal me parece un fenómeno. He hablado varias veces con él y me parece muy buena gente.
Jémez también es muy buen técnico y buena persona, sobre todo muy legal con todos los jugadores que entrena. Nos tiene alerta a todos porque el que se merezca jugar va a hacerlo sean cuales sean las circunstancias. Los entrenamientos nos mantienen atentos a los veinticinco jugadores de la plantilla.

P: En el plano personal, ¿por qué decidiste irte a Bélgica?
R: Me llegó una oferta interesante tanto deportiva como económicamente del Brujas. Hubo quien me tachó de pesetero y mercenario, pero era una oportunidad deportiva mucho mejor que económica, porque la posibilidad de jugar Champions o al menos Europa League es algo que todo futbolista desea hacer, algo genial.
No fue fácil para mí dejar al Rayo Vallecano a mitad de temporada, estaba a gusto aquí, en el equipo que me había hecho debutar en Primera División, pero tenía otros sueños y tuve que tomar la decisión.
P: Un cambio bastante grande, pasar de luchar por ascender con el Valladolid o buscar la permanencia con el Rayo a pensar en ganar la liga belga.
R: Ese fue otro motivo para pensar en mi marcha. No es lo mismo estar en equipos con los que buscas salvarte o estar a media tabla que estar peleando por ser el mejor de un país, aunque sea una liga menor como la belga. Cuando juegas al fútbol lo haces para ganar, aspirar a títulos y jugar competiciones europeas.
P: ¿Qué diferencias hay entre la liga española y la belga?
R: Allí es un fútbol mucho más físico. En España hay mucha más calidad, sobre todo en la parte de arriba de la tabla. A la hora de definir y de crear ocasiones, se trabaja mucho más que en Bélgica, donde las defensas son algo más flojas. Aunque es un campeonato muy competido, también hay buenos jugadores y está creciendo bastante con marchas de algunos de ellos a equipos de otras ligas más grandes.
P: Volviendo a Valladolid, ¿qué recuerdos guardas de la ciudad?
R: Me quedo con la manera de vivir que tenía entonces. Influyó muchísimo el vestuario que teníamos el año que estuve, me encontraba muy a gusto en Valladolid por quienes formábamos el equipo. No es lo mismo una plantilla sin mucha relación entre los jugadores que otra en la que sí la hay. Quedábamos siempre a comer, a cenar, o a tomar una caña por la ciudad.
También me gustaba la tranquilidad de Valladolid. Yo vivía en Parquesol, una zona maravillosa cerca del estadio. Además se comía muy bien, gastronómicamente la ciudad también me encantó.

P: Se deduce que no te importaría volver si se diera la ocasión…
R: Sí lo haría, sí. Aquella temporada estuve cedido por el Rubin Kazan y no cerré la puerta a estar otra más, sobre todo con la espinita clavada de no haber ascendido en el play-off.
El fútbol da muchas vueltas y tras volver a Rusia acabé en el Rayo de la mano de Sandoval. Él hizo posible que jugara en Primera y se lo agradezco, es algo que marca, pero obviamente no cierro la puerta en un futuro a Valladolid.
P: ¿Te atreves a apostar por la permanencia de Rayo y Valladolid?
R: Quiero de todo corazón que el Pucela se salve, que lo van a hacer, porque están jugando bien, pese a la situación complicada de ahora. La salvación llegará seguro. En cuanto al Rayo, está claro que ya no nos fijamos en eso, miramos un poco más arriba porque nos lo hemos ganado. Aspiramos a seguir vivos arriba, sin perder comba con los equipos que están ahí y a realizar algo que sería histórico en Vallecas como sería acabar en puestos de Europa League.
