El delantero madrileño volvió a ser titular tras su buen partido en Vallecas, pero no estuvo tan acertado esta vez.

No fue un encuentro brillante, tampoco malo. En un choque en el que el Real Valladolid estuvo correcto para firmar un cuatro de seis en dos partidos consecutivos fuera de casa –son tres lejos de Zorrilla sin perder-, había un nombre que destacaba en el once de Miroslav Djukic; Alberto Bueno.
El ex del Real Madrid volvía a estar de principio en el campo después de una genial participación en Vallecas, quedándose Óscar González por segunda jornada consecutiva en el banquillo.
El entrenador serbio hacía justicia así con Bueno, demostrando que aquel que trabaja en los entrenamientos y rinde sobre el campo, es perfectamente susceptible de ganarse el puesto. Aunque el que esté por delante sea nada más y nada menos que Óscar.
Una situación que por cierto resultaba completamente nueva para el salmantino desde hace dos años, cuando era Antonio Gómez el míster del Real Valladolid y confiaba más en la delantera formada por Javi Guerra y Calle.
Tras las vueltas que ha dado Bueno en el once, jugando en ambas bandas, parecía que por fin podía consolidarse en su puesto natural. Pero el partido contra el Espanyol no sería el suyo. Estaba vez tocaba dar la de arena. Su primera parte fue ya bastante discreta, en consonancia con el resto del equipo. Parecía que en todo momento se daba por válido el empate.
La segunda mitad no comenzó mejor. Durante los 66 minutos que el delantero permaneció en el campo, momento en el que Óscar saltó en su lugar, Manucho tampoco terminó de encontrarse cómodo sobre el campo. El angoleño, falto de balón arriba, tenía que bajar constantemente a buscarlo, tarea que en principio tendría que facilitar el propio Bueno. Queda claro que el ex del Madrid no tiene el mismo pase que Óscar.
No significa que Alberto hiciera un mal partido en Barcelona, ni mucho menos. Simplemente estuvo menos acertado a la hora de filtrar balones comparado con el encuentro de Vallecas, pero también queda claro que últimamente se sacrifica más que Óscar a la hora de presionar, detalle que Djukic ha tenido en cuenta. El serbio tendrá que decidir para el sábado que viene si el salmantino vuelve al once, algo que parece cantado.
En todo caso, hay que quedarse con que el Real Valladolid ha mejorado en estos dos últimos partidos la pésima imagen dada frente a Betis y Atlético, y lo mejor de todo, lo ha hecho consiguiendo cuatro puntos que hacen que el equipo sume ya 34. Toca pensar ya en el Málaga para terminar de finiquitar la permanencia.

