Javi Guerra se reincorpora al grupo en una nueva jornada doble de trabajo.
Para empezar la semana tocó madrugón. Y, de nuevo, trabajo físico e intenso, aún sin Óscar, pero ya con Javi Guerra. El delantero malagueño, que volvió a ejercitarse con el grupo en la sesión de la tarde, pasó como el resto de sus compañeros las pruebas físicas previstas por el cuerpo técnico, consistentes en el test de Probst, que permite medir los umbrales de esfuerzo y recuperación.
Continúa el equipo de Juan Ignacio trabajando con la libreta y el bolígrafo en la mano, dando buena cuenta de una tecnificación que no encuentra excesivo parangón en los grupos de trabajo precedentes, casi como si fueran más científicos que técnicos.
Nada es baladí; nada casual. El JIM Team realizó a sus hombres mediciones de pulsaciones y lactato para conocer mejor las entretelas de sus jugadores y adaptar las sesiones venideras a sus condiciones y capacidades.
La exigencia matutina, plasmada en las más de cuatro horas de trabajo -alterno, por grupos, no continuo- no rebajó un ápice por la tarde, ya con el balón como protagonista, en un entrenamiento en el que Javi Guerra fue novedad después de pasar varios días entre algodones.
