El jugador del Athletic se ha convertido en un especialista en marcarle al Real Valladolid, con cuatro goles en sus últimos cinco enfrentamientos ante el equipo pucelano.

Hay jugadores de fútbol que cuando salen al campo lo hacen con una sonrisa en la cara, sabiendo que puede ese puede ser su día y, por qué no, quizá hasta terminen celebrando un gol. Y si no que se lo digan a Markel Susaeta, que cada vez que juega contra el Valladolid sabe que tiene altas probabilidades de terminar el partido ‘mojando’.
El extremo diestro ha visto puerta en cuatro de las últimas cinco ocasiones que ha tenido enfrente al Pucela, un dato realmente llamativo dado que sus registros goleadores no son especialmente altos cada temporada.
El idilio de Susaeta con el gol cada vez que huele los colores blanquivioleta comenzó en la temporada 2009/10, en aquel famoso partido en el que Nivaldo mandó al hospital a Fernando Llorente de un cabezazo.
Para cuando aconteció tan desagradable hecho, el de Eibar ya había marcado en el minuto nueve, después de batir a Jacobo con un potente derechazo. Pero tan solo era el comienzo de su racha, en un partido que terminaría empate a dos. Fue precisamente en el encuentro de vuelta en San Mamés cuando Susaeta no vio puerta ante el Pucela, aunque tampoco hizo falta. Un doblete de Toquero fue suficiente para que los tres puntos se quedaran en Bilbao.
Dado que esa misma temporada el Real Valladolid terminó con sus huesos en Segunda, hubo un pequeño paréntesis de dos años en las que el extremo diestro no volvió a cruzar su camino con el del Pucela, hasta la campaña pasada. Hasta el momento, Susa llevaba tan solo un gol en dos partidos, nada especialmente llamativo.
Fue entonces cuando pisó el acelerador. Un Valladolid recién ascendido visitaba la Catedral en la tercera jornada tras sendas victorias en las dos primeras. Pero esta vez estaba Susaeta para evitarlo. El diestro, que ya volvió loco a Carlos Peña durante todo el partido, culminó su gran actuación con un golazo por toda la escuadra, imposible de detener para Jaime. Era además la sentencia, ya que el tanto llegaba en el minuto 75 después de que Aduriz hiciera el primero en el 69′.
Dos goles en tres partidos. Seguimos. Nos remontamos ahora a febrero de este mismo año, hace apenas seis meses. Esta vez era el Athletic el que se trasladaba a Valladolid. Los de Djukic comenzaron con una más que aceptable ventaja gracias a los goles de Guerra y Bueno en los primeros quince minutos, pero la alegría duró más bien poco. De Marcos primero y, cómo no, Susaeta después, dilapidaron lo que parecían tres puntos seguros para el Pucela.
Y entonces llegamos a hoy. O más bien, a este pasado sábado. A buen seguro que el de Eibar se puso la camiseta en el vestuario pensando en completar su particular póker de goles en sus últimos cinco enfrentamientos contra el Real Valladolid, como así terminó siendo. Cuatro goles que han servido para que el Athletic pesque ocho puntos en esos cuatro partidos. Queda bastante claro a quién tendrá que atar en corto el Pucela para el encuentro de vuelta.

