Análisis del próximo rival del Real Valladolid.

Recuerdos, muchos recuerdos serán los que se arremolinen este martes en la cabeza de Juan Ignacio Martínez al llegar al Ciudad de Valencia. Fueron solo dos años en el banquillo blaugrana, pero se hace difícil pensar que pudieran ser más intensos.
Dos temporadas en las que como entrenador del Levante no solo consiguió salvar a su equipo, sino que en la primera de ellas llevó al conjunto valenciano a hacer la mejor campaña de toda su historia.
Un meritorio sexto puesto que supuso el estreno en Europa League de los granotas. Pero este martes no hay tiempo para miramientos.
Por primera vez desde la marcha de JIM, el Levante se cruza en su camino y los tres puntos se antojan fundamentales para un Pucela que no quiere encender las alarmas antes de tiempo.
De la misma Liga
No cabe duda de que tanto Valladolid como Levante han iniciado la temporada con un objetivo muy claro que no es otro que la permanencia. Si bien es cierto que los valencianos afrontan ya su cuarto año en Primera y el Pucela solo el segundo, ambos quieren consolidarse de manera definitiva en la máxima categoría del fútbol español este curso con solvencia, igual que ya hicieran el pasado.
Eso sí, ha sido el Levante el que ha comenzado con una marcha más. Tras un inicio dubitativo ante el Barcelona en el Camp Nou –como para no tenerlo- en el que los de Caparrós se llevaron nada menos que un 7-0, no han conocido la derrota desde aquel dieciocho de agosto. Una victoria a domicilio en Vallecas y tres empates es el bagaje conseguido, seis puntos para comenzar la temporada con relativa tranquilidad.
De esta manera los levantinos llegan al choque en la zona templada de la clasificación, dos puntos por encima del Valladolid. Aparte de la ya mencionada victoria contra el Rayo por 1-2 en Vallecas –algo inmerecida, por cierto-, los siguientes encuentros acabaron en empate en casa ante la Real Sociedad y este sábado en Almería.
Lo cierto es que pese al aceptable comienzo de los valencianos, las sensaciones tampoco han sido los mejores. Es evidente que en el Camp Nou es complicado sacar algo positivo, pero los siguientes envites, aunque se consiguió puntuar, tampoco han dejado la mejor impresión para una afición que en este caso prefiere ser resultadista.
En la visita de la Real el Levante sí estuvo más peleón, pero el pasado fin de semana el Almería mandó en la mayor parte de los 90 minutos y solo la expulsión de Christian permitió que los blaugranas consiguieran un botín en forma de punto tras ir perdiendo 2-0. Sobra decir que el Levante aún no ha conseguido ganar en casa, y la plantilla quiere regalar la primera alegría a su afición este martes.
Caso Barkero

Si por algo apareció el Levante en los periódicos la temporada pasada fue por protagonizar el llamado “Caso Barkero”, en el que el jugador vasco acusó a varios de sus compañeros supuestamente por dejarse ganar ante un Deportivo que se jugaba el descenso.
El propio Barkero y dos pesos pesados del vestuario, Juanlu y Ballesteros, terminaron haciendo las maletas este verano por decisión de la propia directiva en un caso que no terminó de quedar muy claro.
La cuestión es que sumadas también las bajas de Iborra, Munúa, Míchel, Valdo o Acquafresca, el Levante ha tenido auténtica necesidad de reforzarse estos meses de mercado, eso sí, todos a coste cero.
Xumetra, Ivanschitz, Babá o Barral, que vuelve del fútbol turco, son las incorporaciones más interesantes con las que ha contado Joaquín Caparrós, un entrenador al que aunque se le acuse siempre de defensivo lleva en estos instantes cuatro goles en cinco partidos, una cifra aceptable.
Curiosidad del rival de esta jornada: No es ningún secreto que la situación económica del Levante no es la mejor posible, pero lo cierto es que en los últimos años ha caminado unos cuantos pasos bien dados por no hundirse en el pozo. Entre una Ley Concursal de la que salió hace ya tres años y las más recientes ventas del equipo a altos precios, la caja del conjunto levantino ha dado un auténtico vuelco. Baste decir que en los últimos tres años se han producido cuatro de las seis ventas más caras del Levante en su historia.
Caicedo, que se marchó en verano de 2011, es el que más dinero ha dejado en las arcas con siete millones y medio de euros. En el caso de Iborra, el segundo en la lista, ha dejado con su marcha este verano seis millones, mientras que Arouna Koné y Obafemi Martins, cuarto y sexto, supusieron un ingreso de tres millones 800.000 euros y tres millones respectivamente.
