Análisis del próximo rival del Real Valladolid.

No fue el partido de Almería el mejor del Real Valladolid esta temporada, ni en cuanto a juego ni en cuanto a suerte con al árbitro se refiere. Una dolorosa derrota que, por qué no decirlo, deja parcialmente tocado al equipo de Juan Ignacio Martínez. Pero no importa. El Pucela sigue fuera de descenso; quién dijo que las cosas iban a ser fáciles.
De todas las maneras, es evidente que toca dar un paso al frente, dar un golpe sobre la mesa, que lo llaman. Este Valladolid no es el mismo del año pasado y la permanencia no se va a vender tan fácil, pero llevarse los tres puntos en el choque ante el próximo rival, el Valencia, sería un golpe de efecto y una llamada a la tranquilidad antes de afrontar otro parón liguero.
Crisis en Paterna
El encuentro ante los hombres entrenados por un conocido como es Djukic se trata probablemente de uno de los más imprevisibles del año. ¿Por qué? El conjunto del murciélago ha sido últimamente uno de los más poderosos de la liga española, pero esta campaña se está convirtiendo en un largo túnel sin fondo. Y lo que queda.
Curiosamente, y pese a los continuos tropiezos, los ché se encuentran ahora mismo novenos en la clasificación –a siete puntos del descenso- gracias a la victoria cosechada el pasado fin de semana en Getafe, merced de un tanto de Pabón, pero las protestas y los pañuelos se han convertido en una constante en los doce encuentros ligueros disputados hasta el momento.
Y es que el Valencia es ahora mismo una montaña rusa. Anteayer gana, ayer pierde, hoy empata. La mala situación económica, extrañeces en el vestuario –entre las que parece que tiene mucho que ver Djukic-, el mal rendimiento de los jugadores, las idas y venidas en los despachos… Demasiados aspectos que terminan por afectar a la plantilla. Después de un inicio fatal con el que se rozaron incluso puestos de descenso en la cuarta jornada, el Valencia encadenó tres victorias consecutivas ante Sevilla, Granada y Rayo. Se respiró tranquilidad.
Tocaba entonces una pendiente en la montaña, que comenzó con el asalto de la Real Sociedad a Mestalla hace cuatro jornadas, seguida de otra derrota extremadamente dolorosa frente al Villarreal por 4-1 y una más ante el por entonces colista Almería, también frente al público valenciano. La ya nombrada victoria ante el Getafe ha terminado por calmar los nervios, pero la cosa no está fácil. Porque la Europa League es otra historia.
Precisamente el envite ante el St. Gallen de este jueves, que acabó con remontada valenciana, es el mejor exponente de lo que está siendo la temporada: una locura. Los de Djukic están en la siguiente ronda tras remontar un partido de locura en el que llegaron a adelantarse los suizos para ponerse 2-1 cuando estaban con diez, pero lo cierto es que ha habido dolorosos momentos como el 0-3 encajado en Mestalla ante el Swansea. Lo dicho, una locura.
Un Valencia relativo

Pese a que se trate de un equipo venido a menos en los últimos años, el Valencia sigue contando con jugadores de bastantes quilates en su plantilla. Jonás –cinco goles en Liga-, Postiga –tres-, Pabón –dos- o Feghouli son armas poderosas que pese al mal momento de los ché son capaces de hacer un roto a la defensa mejor armada en cualquier momento.
Bien es cierto que lejos quedan esos días en los que estaban Silva, Villa, Mata u otro más cercano en el tiempo como Roberto Soldado, pero quince goles en doce encuentros no es un mal porcentaje, que por desgracia se ve empañado con diecinueve encajados. Ahí está el punto débil de un Valencia que como explicaba Carlos Peña este jueves busca siempre el control del balón, algo que gusta a Djukic.
Curiosidad del rival de esta jornada: No muchos saben el porqué del murciélago en el escudo del Valencia. Dicho animal procede del escudo de la ciudad y de ciertas leyendas sin confirmar, muchas relacionadas con el asedio de Jaume I a Valencia en el siglo XIII.
