Análisis del próximo rival del Real Valladolid.

Se le van acabando las opciones al Real Valladolid a la misma velocidad que a la afición se le agota la paciencia. Y es que el 4-0 encajado en Granada ante el que se supone que era un rival directo por la permanencia no es una minucia cuando se piensa, ya en frío, las posibilidades de descenso. Aunque parezca mentira, lo peor no fue el resultado, que también, sino la actitud de un equipo que parece que le cuesta dar la talla mentalmente.
Pero no hay tiempo para darle a la cabeza, o más bien sí. Este peculiar horario liguero que permite que un equipo juegue un viernes y tenga que esperar diez días hasta el encuentro que viene, hace que al menos la plantilla del Pucela haya tenido tiempo para recapacitar. Más vale, porque el Athletic, un rival de Champions, ya espera en el nuevo San Mamés.
Crecidos a más no poder
Efectivamente, no lo tiene nada fácil el Real Valladolid en el arranque de la segunda vuelta del campeonato regular. Tras la marcha de Bielsa, parece que los leones han conseguido hacerse muy bien al mando de Ernesto Valverde, hasta el punto de que se encuentran en la cuarta posición de la tabla. Tras Barcelona, Madrid y Atlético, prácticamente intocables, el primero del que podría considerarse ‘la otra Liga’.
Treintaiséis puntos conseguidos con toda justicia en una genial primera vuelta permiten al Athletic soñar con cotas más altas que las que aspiró la temporada pasada con Bielsa. Pero no solo eso. El nuevo San Mamés, estrenado esta temporada, está disfrutando además de grandes espectáculos de juego de la mano del Txingurri Valverde. No hay más que mirar la última jornada, donde los rojiblancos endosaron un contundente 6-1 al Almería.
Visto así, y sabiendo además que la nueva Catedral es inexpugnable hasta el momento –después de diez choques, y el Barcelona no consiguió puntuar-, la tarea que le espera al Pucela es de armas tomar. Por si fuera poco también han mostrado su buen hacer en Copa del Rey, donde se libraron del Betis este pasado miércoles con un 2-0, eso sí, después de hincar la rodilla por uno a cero la semana anterior en Sevilla.
En todo caso los leones se están mostrando lo suficientemente regulares como para considerarse un rival a batir. Hace bien poco hubo momentos de duda con la ya nombrada derrota frente al Betis en Copa que se enlazó con otra tan dolorosa en Liga como fue un 2-0 en el derbi vasco ante la Real, pero eso ya es cosa del pasado. El Athletic cuenta con un juego de presión poderoso que atosiga a cualquier rival, y eso no es algo de lo que pueda librarse cualquier equipo de la parte baja como es el Valladolid.
Goleadores variados

Con el uno a dos del primer encuentro de Liga en Zorrilla todavía en la cabeza, JIM tendrá que exprimirse la cabeza para encontrar una estrategia digna de San Mamés, donde hasta el momento el Athletic lleva ocho victorias y dos empates, más dos victorias en Copa. Y ahí no está la peor parte.
En un equipo con los goles realmente repartidos, los vascos acumulan treintaidós dianas en Liga por veinticuatro encajadas en diecinueve partidos. La fortaleza del Athletic no está precisamente en la defensa, ya que su estrategia consiste en responder a los goles del rival con más goles, pero en casa los datos favorables se acentúan. De los 32 marcados, veintitrés son en San Mamés, mientras que de los veinticuatro recibidos, apenas nueve fueron en el emblemático campo.
Así las cosas, los leones no cuentan con un goleador estrella como sí tiene el Real Valladolid en Javi Guerra. Baste decir que el pichichi del equipo es Mikel Rico, que llega al encuentro en racha tras hacerle dos goles al Betis y uno al Almería, con seis dianas en Liga. Le siguen San José, Aduriz e Ibai con cuatro y De Marcos y Munian con tres cada uno. Difícil estar más repartido, tan difícil como la trampa que le espera al Pucela en San Mamés.
Curiosidad del rival de esta jornada: Atrás quedó el anterior campo de San Mamés, ya derrumbado para que el equipo se trasladase al nuevo a principios de la presente temporada. Pero lo que pocos saben de aquel campo tan clásico de la Liga española es que las dos porterías tenían nombre propio.
La del Fondo Sur se llama la portería de los Ingenieros al estar la Escuela de los Ingenieros detrás, y la del Fondo Norte tenía el nombre de la de la Misericordia, por encontrarse la Santa Casa de la Misericordia allí.
