Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Lo ha dicho Juan Ignacio Martínez en la rueda de prensa previa al partido contra el Villarreal, no es el mejor momento para recibir al equipo amarillo. Un Valladolid con muchas dudas ha comenzado la segunda vuelta de la Liga todavía con más pájaros en la cabeza después de salir trasquilado de San Mamés, pero ya no hay tiempo para pensar en el pasado.
Varias jornadas en descenso empiezan a poner nerviosa a una afición que, encuentro tras encuentro, ve cómo la cosa no mejora. Y no solo eso, sino que tampoco tiene visos de cambiar. “La afición tiene que salir del estadio pensando en lo bien que lo hemos hecho”, sentenciaba JIM. En este caso, no solo basta con eso.
Equipo revelación
Por supuesto, la empresa no se antoja fácil, por mucho que sea el Villarreal el que tenga que trasladarse a Zorrilla. Los de Marcelino García se han convertido en ese equipo que aparece todos los años en todas las categorías, que acaba superando con creces el objetivo inicial marcado. En resumen, el conjunto revelación.
El submarino amarillo descansa en la quinta posición de la tabla, algo más que digno para un recién ascendido. Después de deleitar a su afición la temporada pasada, la fiesta no ha parado para pelear esta vez por competición europea, donde solo el Athletic está consiguiendo dejar fuera de la máxima competición europea a los castellonenses, que con 37 puntos están a dos de los vascos.
Pero no solo se trata de los resultados, que obviamente también. El Villarreal ha conseguido desarrollar un juego de la mano de Marcelino que enamora a propios y extraños. Dos líneas de cuatro, bien juntitas sin dejar huecos que pueden ser letales, Juan Ignacio dixit. Sobran las palabras para un equipo que ya tiene la permanencia asegurada y del que todo elogio se queda corto.
Y la cuestión es que el submarino llega como una moto a Zorrilla, valga la expresión. De los nueve desplazamientos en Liga a los que se han enfrentado los amarillos, cinco han terminado con victoria de los de Marcelino, con apenas un empate y tres derrotas. Queda patente que no se trata precisamente de un visitante al que recibir con los brazos abiertos, y menos en la situación en la que llega el Pucela.
Por si fuera poco, el equipo viene después de tres victorias consecutivas en Liga ante Rayo, Real Sociedad y Almería. Los vascos cayeron con un contundente cinco a uno hace diez días, pero al menos conservan el honor de haberse desquitado eliminando al Villarreal de la Copa.
Pólvora amarilla

Por supuesto no es casualidad que los de Marcelino García se encuentren donde se encuentran ahora mismo. Para llegar arriba hace falta la magia del fútbol, esa salsa que se cocina a base de goles. Giovani Dos Santos y Uche son, a día de hoy, las bazas más importantes con las que cuenta el submarino, con ocho y doce goles en Liga, respectivamente. Algo que se dice bastante rápido.
Con Perbet –cinco dianas- como revólver en la recámara, Bruno, Cani y Pina en la sala de máquinas y una defensa bastante seria formada por algunos nombres como Musacchio, Mario Gaspar o Jaume Costa, el éxito sin duda está garantizado si se pone una pizca de trabajo.
En esas se encuentra ahora el Pucela. En una ambulancia camino de la UVI, pero a la vez perseguido por otro enemigo que quiere terminar de darle la puntilla. Por desgracia, solo queda que el “enfermito”, como calificó JIM al equipo tras la derrota en San Mamés, se levante y se rebele contra lo establecido.
Curiosidad del rival de esta jornada: Este sábado un viejo conocido para la afición blanquivioleta como es Sergio Asenjo volverá a la que fue su casa. Curiosamente, el actual portero del Villarreal debutó en Primera división con la blanquivioleta contra el equipo amarillo, partido que terminó por llevarse el Valladolid por dos a cero con goles de Llorente y Víctor el dos de diciembre de 2007.
