Análisis del próximo rival del Real Valladolid
Aproximadamente, un 60 o 70% de la temporada. Sí, probablemente ese sea el porcentaje que tiene en juego el Real Valladolid en el choque de este domingo ante el Almería. Porque este no es uno de esos partidos de los que se dice que es una final cuando en realidad se está a mitad de temporada. No. Esta vez, a falta de ocho jornadas para la conclusión del campeonato, sí que solo vale ganar.
Ganar, que no empatar. Porque todo lo que no sea puntuar de tres ya sería un tropiezo monumental para los de JIM, a sumar a los ya coleccionados frente a Rayo y Real Sociedad. El mínimo crédito conseguido con el Barcelona delante, si es que alguna vez lo hubo, ya no existe. Las alas del cielo hay que ganarlas este domingo.
De menos a más
Y complicado, por no usar otra palabra, lo va a tener el Real Valladolid por mucho que juegue en casa arropado por su público. Mientras que a los blanquivioleta se les acusa de una flagrante falta de actitud, los de Francisco llegan a la cita como una moto en cuanto a moral se refiere. Por desgracia, también en cuanto a resultados.
No hace falta decir muy alto que el partido en Anoeta, si bien no fue para echarse a llorar, tampoco fue el mejor del Pucela. El Almería, valga la incoherencia, juega en otra Liga diferente o al menos eso parece vistos sus últimos encuentros. En un acto de fe impresionante, los rojiblancos consiguieron llevarse la victoria sobre la bocina precisamente en la visita de la Real. Un excepcional 4-3 en el que sus aficionados probablemente perdieron un par de años del susto.
Pero eso fue ya el pasado lunes. Entre medias también ha habido que recibir a todo un Valencia que cerca estuvo de arrebatarle el récord del gol más rápido a Joseba Llorente con un tanto de Keita en poco menos de ocho segundos. Cuando todo parecía que se le venía abajo a los de Francisco cuando los chés se pusieron 0-2, dos dianas de Óscar Díaz y Corona en un minuto arrancaron un punto de la nada. Lo dicho, un acto de garra del que parece incapaz el Valladolid hoy día.
De esta manera el Almería descansa en la decimosexta posición de la tabla con treinta puntos. Y es que estos últimos cuatro han sido claves para escapar de los puestos rojos que tanto queman una vez que la línea de meta empieza a verse de cerca. El juego no está siendo precisamente de lo más vistoso de Primera División, pero a quién le importa eso cuando el descenso está presente.
En clave de goles
Lógicamente el Almería, al igual que el Pucela, no es precisamente un derroche de virtudes en cuanto a goles a favor y en contra. Eso sí, cada uno gana en un campo de los dos. Mientras que los andaluces toman ligera ventaja con 33 goles a favor por los 31 del Valladolid, los blanquivioletas hacen lo propio con ‘solo’ cincuenta encajados por los 57 del Almería. Ahí es nada.
En donde tampoco es precisamente especialista el conjunto rojiblanco es en la puntuación como visitante. Once derrotas, un empate y tres triunfos conforman diez puntos en quince viajes hacen un balance más bien flojo. Lo cual no evita que haya que tener el ojo puesto en un par de jugadores de quilates.
El primero de ellos, el que decidió con una trampa el encuentro de ida. Rodri es uno de los pichichis del equipo con siete goles, honor que comparte con Verza. Pero como el aporte de cara a portería no lo es todo, también tendrán que atar en corto los de JIM a Aleix Vidal, quien ya volviera loco a la defensa en el partido de ida. Y es que en este partido no puede haber despistes.
Curiosidad del rival de esta jornada: En lo que sí que no están muy parejos Valladolid y Almería es en la clasificación histórica. Los pucelanos están en el puesto número trece con 1.462 puntos, mientas que la UD Almería –que no la AD Almería, después de que la UD naciera en 1989- se encuentra en el 39 con doscientos puntos clavados.