
“Dependemos de nosotros mismos” es el mantra más repetido en la ciudad estos días. Como si a fuerza de repetirlo fuera verdad –que nadie dice que no lo sea–, no son pocos los abonados o simpatizantes del Real Valladolid que pronuncia estas palabras se agarra al ‘bonus’ que supone el partido del miércoles contra el Real Madrid para pensar que la permanencia pasa por los propios designios de su equipo.
No obstante, para qué mentir, hay alguno que otro que no cuenta demasiado con este encuentro y mira ya a los dos siguientes, ante Betis y Granada. Y, sin embargo, sigue diciendo que “dependemos de nosotros mismos”; verdad que, si lo es, se queda a medias. ¿Por qué? Porque si contra el conjunto merengue no se suma, habrá que esperar un tropiezo de los rivales aun ganando los dos partidos siguientes.
Empatar el miércoles supondría superar al Getafe en la clasificación, mientras que un triunfo llevaría al Real Valladolid a pasar también por encima de Almería y Granada.
Por tanto, aunque la empresa es difícil, de cara a la salvación se antoja prácticamente indispensable sumar el miércoles. Por lo menos si, de verdad, como mantiene parte de la afición e incluso algunos de los estamentos del club, se considera que esta está únicamente en manos del propio plantel, como Juan Ignacio ha dicho públicamente y, aunque en silencio, se grita desde las oficinas.
Dentro del mantra, se cuenta con que depender de uno mismo es ganar los dos últimos partidos. Y no es para menos. Porque de nada serviría sorprender al Real Madrid si en el Benito Villamarín la necesidad no se impone al Betis, como lo hizo la del Almería, para luego materializar la permanencia en casa contra el Granada, ante un Zorrilla que debería verse pleno –que no necesariamente lleno, aunque ayudaría–.
La lechera echa sus habituales cuentas y, con todo, ve que la salvación es posible incluso en la derrota el miércoles. Destaca como claves tres partidos, el que enfrentará al Granada contra el Almería y el que dirimirán Espanyol y Osasuna, ambos el domingo a las siete, y este último encuentro en Zorrilla.
Si en los tres se produce un uno, la posición del Real Valladolid sería de ventaja ante Almería y Osasuna. Aunque habría que mirar a los otros partidos de los tres, el que enfrentará al Almería en los Juegos del Mediterráneo en su propia casa ante un Athletic ya de Champions y dos en los que el Betis puede erigirse juez del descenso, el del domingo contra el Pucela y el último en Pamplona.
Efectivamente, las cuentas salen. Efectivamente, #creemos. Y “dependemos de nosotros mismos”. Pero solo arañando algún punto ante el Real Madrid. Caer derrotados no supone descender, ni mucho menos, pero sí que la lechera mire a los demás para saber si la parca viene a por ella o a por el panadero. Hoy lo tiene prohibido: solo cabe pensar en un partido, solo en una final. Como si no hubiera más después del miércoles. ¡Vamos, Pucela!
