Resumen de la presente campaña del División de Honor del Real Valladolid y valoración de los jugadores de Chuchi Macón

Pasa un mes desde que el Juvenil A terminó la competición del Grupo V de la División de Honor Juvenil. El equipo de Chuchi Macón terminó en el sexto lugar de la tabla, por detrás de los cuatro conjuntos madrileños, que también se encuentran en la Liga BBVA –Real Madrid, Atlético, Getafe y Rayo Vallecano– y del cuadro cacereño del CD Diocesanos.
El equipo comenzaba su aventura en la temporada 2013/14 el 31 de julio, para prepararse de cara a la dura competición de División de Honor. Muy pocos jugadores de la plantilla conocían la categoría, ya que se realizó una fuerte apuesta por el gran bloque de Liga Nacional Juvenil del año anterior.
El propósito era rejuvenecer el Juvenil A con un grupo, en su mayoría, de segundo año (1996) y hacer un equipo fuerte con vistas a un objetivo a corto plazo, de dos temporadas. La experiencia la pondrían jugadores que ya sabían lo que era la categoría como Jorge, Rubén Adeva, Hassan -que sin ser de la plantilla también tuvo minutos el año anterior- y, por supuesto, del capitán, Toni.
Además, los fichajes han servido para reforzar el plantel con experiencia y calidad para apuntillar un bloque que venía trabajando junto desde el Cadete B. Llevan muchos años juntos y, también, con el mismo capitán de barco, Chuchi Macón, que esta temporada ha sido ayudado por el ex jugador Benjamín Zarandona.
Tres de las cuatro incorporaciones han sido de jugadores de último año. Los talaveranos Fran Adeva y José han demostrado su talento en la plantilla y su experiencia en la competición. Ambos procedían de la UD Talavera, equipo con el que lograron la permanencia en División de Honor el curso anterior.
Víctor, que procedía del Deportivo de la Coruña, ha sido el escudero de Pelayo en el mediocampo, aunque también ha demostrado su polivalencia actuando como central. Abel y Mario Robles han sido la pareja de centrales preferida por Chuchi Macón para la zaga. El palentino, aún de segundo año, ha sido el defensa que más minutos ha disputado en el Juvenil DH.

El sexto puesto
Como ya adelantábamos, este año el Juvenil A ha quedado el sexto clasificado del Grupo V de la División de Honor Juvenil. La temporada anterior el Real Valladolid quedó el séptimo clasificado con cuarenta puntos, nueve menos que este año. Solo un puesto mejor que el curso pasado es bastante poco para la inmensa mejoría que se ha demostrado durante la presente campaña.
Mientras que el año pasado se estuvo pendiente de eludir una posible plaza de descenso, el objetivo de este ha sido totalmente distinto. En ningún momento pasaba por la cabeza de los integrantes del Juvenil la posibilidad de perder la categoría. Entonces, ¿por qué solo se ha mejorado un puesto?
Quizá, el hecho de que el equipo se vio sin posibilidades de alcanzar el tercer puesto -que otorga la posibilidad de jugar la Copa del Rey- fue el detonante para que el Juvenil levantase el pie del acelerador. Un conjunto que durante todo el campeonato no había encadenado dos derrotas consecutivas, acumuló cinco jornadas seguidas sin puntuar –desde la jornada veintitrés hasta la veintisiete–.
Cuando ya tienes asegurada la participación el año que viene y compites contra equipos que están en la disputa de diversos objetivos, es muy difícil conseguir puntuar. Cero puntos de quince posibles. Esa mala racha desenganchó a los blanquivioletas de estar en la lucha con Getafe, Rayo Vallecano y CD Diocesanos por la tercera posición final.
Pero, ¿debería haberse exigido a este filial blanquivioleta luchar por esa tercera plaza? El objetivo actual de la cantera es común, desde el Real Valladolid B hasta los equipos de categoría alevín la formación de jugadores está por encima de los resultados. Lo que sí es cierto es que da rabia porque este equipo nos ha brindado mañanas de buen fútbol. Empató a dos con el flagrante vencedor de la Copa de Campeones, el Real Madrid. De hecho, le pudo haber ganado.
El equipo no ha sido inferior a los punteros de la categoría. Recientemente, ha quedado campeón del VIII Torneo Internacional disputado en la localidad de Calera y Chozas. Derrotaron en la final al CD Diocesanos, al que no había sido capaz de ganar en la liga. Conjuntos como el Atlético de Madrid también disputaban este campeonato, pero el Real Valladolid, reforzado con jugadores del Juvenil B, se alzó con la victoria.
 
			