Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Una de las peores sensaciones que puede tener el ser humano, sin duda, es la de impotencia. Ver cómo ocurre algo a su alrededor sin poder hacer nada para cambiarlo no se trata de un plato de buen gusto. Y en esas se encuentra el Real Valladolid. Treintaisiete jornadas después, el margen de maniobra se ha agotado y toca encarar la dura realidad.
Llega el Granada a Zorrilla y solo vale ganar y esperar resultados. Para un último partido en la que lo lógico, aunque no demostrable, es que se den amaños, maletines y conversaciones detrás del escenario, demasiado pedir. No queda otra que cumplir al menos con la parte que toca, y no será precisamente la más sencilla. Los nazarís también se juegan el ser o no ser.
Un actor inesperado
Y es que el Granada ha pasado en apenas dos meses de parecer prácticamente salvado a meterse de lleno en el meollo del descenso. De hecho, la conclusión es tan rápida como trágica para los andaluces para este domingo en Zorrilla. Si pierde, el fuego de Segunda le quema de lleno. Ni siquiera sacando un punto se aseguraría la permanencia y pasarían, como el Valladolid, a depender de otros resultados.
Bastantes jornadas han pasado desde que el 22 de marzo el Granada se impusiera en casa a un Elche que llegaba también en una situación delicada. Con la victoria, los rojiblancos se colocaban con treintaicuatro puntos en la clasificación en la jornada veintinueve, con nueve partidos por delante. Quién les iba a decir la que les esperaba.
Porque fue en ese momento cuando comenzó la hecatombe. A falta del trascendental choque de este domingo, el Granada tan solo ha sido capaz de cosechar cuatro puntos de veinticuatro posibles, es decir, una victoria, un empate y seis derrotas en ocho partidos. Insuficiente para encarar la recta final del campeonato con la tranquilidad necesaria. Lo más curioso es que ese único triunfo, más de uno se acordará, fue ante un FC Barcelona en horas bajas.
El auténtico esperpento granadino, digno del tropiezo del Valladolid en el Benito Villamarín, se hizo realidad este pasado fin de semana. Precisamente mientras los blanquivioletas se pegaban el tortazo padre en Sevilla, los rojiblancos hacían lo propio en Los Cármenes, frente a su afición, donde el Almería se imponía 0-2 con dos tantos de penalti para pasarle el agobio por la quema a su vecino. Era la confirmación de unas sensaciones que se venían intuyendo desde hace varios partidos.
La cuestión es que el Granada no parecía un rival destinado a la situación en la que ahora se encuentra. No hay más que mirar las crónicas de aquel encuentro contra el Elche para encontrarse que los andaluces “alejaban los fantasmas del descenso”. Ahora todo se ha puesto patas arriba.
Fútbol de kilates

No será por el número de futbolistas valiosos que tiene el Granada en su plantilla. Si bien es cierto que no hay ningún jugador que se pueda catalogar como revelación, bien fichados tendrán los seguidores de La Liga a algunos nombres como Buonanotte, El-Arabi –máximo goleador del equipo con doce dianas-, Recio, Piti –cinco dianas- o Fran Rico.
Eso sí, los andaluces no destacan precisamente por su gran balance ofensivo. Antepenúltimo conjunto con menos goles transformados, con apenas treintaiuno en treintaisiete jornadas, el otro lado de la balanza por el que se han encajado cincuentaiséis pesa en exceso.
Se trata de un equipo que, simplemente, ha sido capaz de rentabilizar los pocos goles que ha marcado, ni más ni menos.
Aunque estos datos tengan poco que ver en la guerra que tendrá lugar el domingo, no es tampoco un buen visitante el Granada. Dieciséis puntos en dieciocho encuentros como resultado de cuatro victorias, cuatro empates y diez derrotas. Pero eso, a la hora de saltar al césped de Zorrilla donde solo les vale ganar, de poco va a valer.
Curiosidad del rival de esta jornada: Continúa el tráfico de jugadores entre Granada y Udinese después de que Giampaolo Pozzo decidiera adquirir el paquete mayoritario de acciones del club andaluz en 2009. A raíz de ello, hasta cinco jugadores del club italiano se encuentran jugando en el español esta temporada; Ighalo, Fatau, Dimitrievski, Karnezis y Nyom.
