El nuevo proyecto echará a andar en cuanto se conozca al técnico del filial y al nuevo encargado de las categorías inferiores. Braulio trabaja en la continuidad de varios jugadores del Promesas que podrían estar con el primer equipo en la pretemporada
Cuando Carlos Suárez adquirió en julio de 2011 el paquete accionarial mayoritario del Real Valladolid, trató de dar forma a su proyecto a través de la apuesta por gente profesional y de la casa. El equipo madre, el de Segunda División, es el único que se salía del renglón, con Miroslav Djukic como entrenador. Sin embargo, aun con alguien de fuera sentado en el banquillo, la idea era apostar por lo autóctono, con la manida fórmula de ’20+5′ que nunca despertó del sueño de los justos.
Conforme han pasado los años, de aquella foto en la que salían como futuros técnicos de la cantera antiguos jugadores del club se han ido tachando caras, fuera por el motivo que fuese. Los unos, se iban porque querían crecer. Los otros, por culpa de los problemas en los pagos de la Fundación. Y un último grupo por la falta de resultados, sino competitivos –el Real Valladolid está siempre a la cabeza-, al menos sí formativos. El punto álgido se vivirá ahora, este verano, con la ya conocida marcha de Javier Torres Gómez, la esperada y previsible de Víctor, Juan Carlos y Marcos y la más que probable salida de Chuchi Macón.
Salvo giro inesperado de última hora, que debería darse en base a otras prioridades presupuestarias, el División de Honor tendrá la próxima temporada nuevo entrenador. El nuevo técnico, además de dirigir al Juvenil, podría tener otras funciones dentro del organigrama del club, ya sea de análisis o de scouting, fórmula con la que se buscaría el punto intermedio entre la austeridad derivada del descenso y el plan inicial de hacer crecer las entretelas de la entidad.
Pero, antes, ha de cerrarse el nuevo encargado de llevar las riendas del Promesas. Según reconoció Braulio en diversos medios de comunicación de la ciudad, la intención era anunciarlo esta misma semana, aunque no será una urgencia siempre y cuando empiece a sumar antes del anuncio, como ya ocurriera con Rubi.
El hermetismo es total y su nombre no ha trascendido, si bien es de esperar que se trate de alguien que conoce la categoría –así lo hizo saber el director deportivo– y con experiencia formativa. Antes incluso del adiós de Torres Gómez, en el entorno del Real Valladolid se reconocía que si esta se daba podría llegar alguien cercano al director deportivo o al entrenador del primer equipo, quienes llevan tiempo creando sinergias en pos de una unidad interesante.
Sea como fuere, haya trabajado el elegido con el uno, con el otro o con ninguno, su prioridad ha de ser trabajar en consonancia con las ideas que la dirección deportiva tenga. Atrás han de quedar conflictos como el existente hace dos cursos con respecto a la posición de Jorge Pesca, por ejemplo. Si los jugadores del Promesas van a tener la puerta del primer plantel abierta, el nuevo técnico debe ir a caballo de la formación y la competición con la adaptabilidad en la cabeza.
Varias renovaciones en el aire
Y lo primero a lo que se ha de adaptar es a los planes que Braulio está tratando de desarrollar en connivencia con Rubi, que pasan por la continuidad de diferentes piezas que formaron parte del ascenso a Segunda B, alguna de las cuales podría hacer la pretemporada a las órdenes del catalán.
El primer confirmado es Xavi Carmona, con contrato en vigor para la próxima temporada, a quien se quiere testar en la preparación y, en caso de convencer, podría provocar que solo se firmara a un lateral derecho con vistas al primer equipo.
Así lo reconoció esta semana el director deportivo, que explicó que, como mínimo, le acompañarán otros cuatro canteranos, cuyos nombres no se sabrán hasta que se conozca al que será su entrenador y, en varios casos, si renuevan o no su vínculo con la entidad.
Es el caso de Julio, que podría ser tercer portero del primer equipo en caso de llegar a un acuerdo para su continuidad. Tiene ofertas para salir, alguna de algún filial, pero la intención es que se quede y acompañe en el trabajo diario a Diego Mariño, con quien se cuenta, a Jaime, en cuya renovación también se trabaja; no así al venezolano Dani Hernández, a quien se le buscará una salida.
El guardameta vallisoletano ha estado escoltado este año, entre otros, por Fran No, otro de los jugadores que acaban contrato el treinta de junio. Su asentamiento en el último año ha disipado las reservas que suscitaron su fichaje, hace ya tres temporadas, en el acuerdo con el Betis por Fabricio. El carisma y saber hacer que ha demostrado en la campaña recién finalizada hacen que se plantee su renovación, aunque se duda de sus intenciones de seguir.
Caso similar es el del capitán, Antonio Amaro, quien por fin daría el salto de categoría tras varios años anclado en la Tercera División. Si tuviera a bien continuar, su presencia en la pretemporada no sería descartable, aunque ha suscitado el interés de otros clubes, incluso, de superior nivel, al igual que Alberto, encargado de sostener el centro del campo del ascenso.
En su caso, podrían dificultar las cosas los problemas existentes entre sus representantes y Carlos Suárez, reavivados con la más que posible marcha de Pape y Amath. Las partes han intentado disociar y se quiere que continúe, ya que se valora mucho su consolidación en la zona ancha, aunque su futuro podría estar no solo lejos de Zorrilla, sino incluso lejos de España.
El mismo destino que los dos senegaleses podría seguir Zubi, que tiene un acuerdo para jugar el próximo curso en el Atlético de Madrid B. Sin embargo, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y que su representante lo hará para hablar también de Pesca y Julio, se le va a abrir la misma puerta que a Carmona: pretemporada y, si convence a Rubi, protagonismo.
Mientras el lateral derecho catalán es hoy el único jugador en su posición y se pretende que Dani Hernández no sea un freno para Julio, en el caso del extremeño hay que contar con que se pretende dar salida a Valdet Rama y existen dudas sobre la permanencia en el club de Zakarya Bergdich –extremo izquierdo durante buena parte de la campaña anterior– y, aunque menos, de Omar Ramos.
Con todo, aunque son los principales nombres que baraja la dirección deportiva, no son los únicos, puesto que hay otros, sino apuntados en rojo, sí al menos subrayados, como son los de Iván Casado –que también debe negociar su renovación–, el de Anuar o el del atacante Juanjo.
Asimismo, no se descarta que entre en las quinielas o en la lista final alguno de los jugadores que están por llegar, pues se entiende que el nuevo proyecto y la Segunda B pueden servir como aliciente para que lleguen promesas de cierto nivel. De la misma manera, para tratar de subir el competitivo y aportar experiencia, habrá fichajes de mayor edad que conozcan la categoría. Aunque, antes de todo eso, lo primero será cerrar al entrenador.
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