El lateral derecho serbio rescindió hace varias semanas su contrato con el Real Valladolid, en virtud a una cláusula de escape en caso de descenso

Su situación contractual era particular. El Real Valladolid no hizo oficial su salida, aun cuando rescindió su vínculo, porque, en realidad, ya no contaba con él y dio por sentado que en el mismo instante en que reconoció la cláusula de escape en caso de descenso que Antonio Rukavina tenía, de algún modo, ya lo estaba haciendo.
Quizá por entonces sabían o intuían que la intención clara del lateral serbio era la de rescindir y buscarse la vida en Primera División. Y, bueno, a quien participa en el desastre y sale huyendo no se le debe demasiada publicidad. Si su cabeza no estaba en Valladolid, tampoco él debía estar en la del club, por más que su aportación, en el pasado, fuera dichosa.
Varias semanas después de hacer efectiva la cláusula que le permitía salir indemne de la caída, el balcánico ha firmado por el equipo que más interés mostró en sus servicios desde el principio, el Villarreal, entidad a la que estará unido durante las próximas dos campañas.
Rukavina se une así a Larsson y Osorio como jugadores que aun teniendo contrato para la próxima temporada no estarán en la disciplina del Real Valladolid; el primero de mutuo acuerdo y el segundo después de que el club se acogiese a la disposición que le permitía prescindir de él en caso de descenso.
