El burgalés abandona la disciplina del Real Valladolid Promesas y acompañará a Javier Torres Gómez en su nueva aventura

Jorge Pesca seguirá los pasos del que fuera su entrenador hasta recientes fechas en el Real Valladolid Promesas, Javier Torres Gómez, y firmará esta misma semana su contrato como nuevo jugador del Villarreal.
Para más seña, seguirá estando a las órdenes del técnico madrileño, puesto que, en origen, su nuevo equipo será el Villarreal C, que milita en el Grupo VI de la Tercera División.
La dirección deportiva planteó al representante del burgalés la posibilidad de que continuase en el filial, si bien la oferta realizada no fue excesivamente jugosa, ni en lo deportivo ni en lo económico.
En la entidad blanquivioleta se valoraba su progresión como lenta, de modo que, aunque se deseaba contar con él, no iba a ser uno de los puntales del Promesas de cara a la próximo campaña. Como consecuencia directa de esto, no estaba previsto que fuera uno de los jugadores del filial llamados a realizar la pretemporada a las órdenes de Rubi, lo que le convertía en una pieza prescindible.
En las últimas semanas, tras la consecución del ascenso a Segunda B, en el entorno del Real Valladolid existía la creencia de que no continuaría, como finalmente sucederá. Como ya sucediera el año pasado, cuando se llegó a plantear la posibilidad de que saliera cedido, el Burgos parecía partir como favorito para hacerse con sus servicios. Asimismo, la Arandina, pese a no consumar su ascenso, lo tenía también entre sus posibles fichajes –como a Ruba–.
Pero, finalmente, será otro Tercera, de fuera de la región, el que cuente con el versátil canterano –mediocentro en origen; central tras el empecinamiento de Djukic, del que se contagió Javi Torres–, un Villarreal C en el que las condiciones económicas mejorarán con respecto a las que habría tenido en Valladolid, no así, a priori, lo deportivo, ya que no consumará el salto de categoría a menos que Paco López, nuevo entrenador del segundo equipo amarillo, tenga a bien darle una oportunidad que no tendrá asegurada por contrato.
En su última campaña en el Real Valladolid Promesas, el burgalés empezó como titular, aunque con el paso de las jornadas, la recuperación de Fran No y el buen hacer de Iván Casado le relegaron al banquillo. En el tramo final, volvió a actuar en el centro del campo en más de una ocasión, a fin de dotar a la franja ancha del terreno de juego de músculo y seguridad a balón parado.
En Becerril, donde ‘comenzó’ el ascenso, acabó jugando de portero los últimos minutos, encajando un gol. En el cómputo del año marcó un tanto, en los 2.222 minutos de que dispuso, repartidos en treinta encuentros.
